𝟑𝟏.-

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Un año había pasado desde que Hyunjin se mostró como el esposo del gran Lee Minho.

Desde ese día todo había ido bastante bien para la pareja.

Hasta... bueno, hasta que apareció Felix, gritándole a Hyunjin que era un maldito y que desearía nunca haberlo conocido.

También que Yunjin y Sunghoon habían echo todo para separarlos, intentos de falsas infidelidades, mentiras, entren otras cosas irrelevantes.

Si, irrelevantes, porque todos sus intentos habían sido en vano, siempre terminaban dándose cuenta de que quien estaba detrás de su pelea eran esos dos. 

Ahora estaban organizando su aniversario de un año, en este momento Hyunjin estaba con Jeongin en el centro comercial, buscando el regalo perfecto para Minho.

—No lo sé Jeongin, no hay nada que me convenza aún—

—Puedes darle un reloj, no tiene muchos—

—Demasiado simple, cumplimos un año Jeongin. No puedo darle solo un reloj— Se sentó en una banca.

—Entonces no sé qué es lo que pretendes, no hay nada que te guste—

Hyunjin suspiró. —No sé qué darle, es decir, quiero que sea especial—

—¿Porque no le pintas un cuadro? Puedes pintar un momento juntos, sería
especial—

—¡Jeongin eres un genio! ¡Ven!— Tomó la muñeca del rubio, arrastrándolo por todo el centro comercial con más de cinco bolsas sobre el, todas completamente llenas.

[...]

—¿Estás... seguro?— Jeongin lo miró con una mueca.

—No—

Ambos menores miraban el cabello de Hyunjin en el espejo, el peliblanco estaba detrás de la silla en la que su amigo estaba sentado, ambos viendo el cabello con tinte del mayor.

—Pues no creo que puedas arrepentirte, el tinte es muy oscuro y tu cabello era muy claro—

—¿Crees que no lo sé, Yang? Es obvio que no puedo arrepentirme, es negro—

Jeongin rió, Hyunjin tenía todo el cabello lleno de tinte al igual que las manos del menor.

Después de una hora de espera, el peli blanco enjuagó el cabello ahora oscuro de su amigo, la cara de Jeongin fue una de miedo, Hyunjin lo fulminó con la mirada.

—¿Qué pasa?—

—Es... negro, muy negro—

El, ahora, pelinegro se puso de pie y se miró en el espejo, había logrado el color que quería, estaba feliz, tenía mucho tiempo que no se pintaba el cabello gracias a los cuidados que tenía que darle, dejó que su color natural saliera de nuevo, ahora era la primera vez que se lo pintaba luego de dos años y había obtenido el resultado que deseaba.

—Lo que es seguro, a Minho va a
encantarle— Jeongin sacudió el cabello mojado de su amigo recibiendo una mala cara a cambio.

—Ya perdimos mucho tiempo, tengo que llamar al restaurante y tú vas a ayudarme a decorar la habitación—

—Entonces... me tengo que ir, quedé de verme con... ¡Con Seungmin! Si, tengo que verme con Seungmin, ¡adiós Jinnie! ¡Suerte!—

—¡Maldito! ¡Seungmin está con Christopher!— Para cuando Hyunjin le reclamó, Jeongin ya había salido del apartamento. —Me las vas a pagar, maldito hijo de perra— Susurró para el mismo.

Se dio la vuelta y resopló con cansancio al ver todas las bolsas llenas de rosas rojas, pétalos de rosa, velas, entre otras cosas.

—Eres un idiota, Yang Jeongin—

Tomó las múltiples bolsas y con esfuerzo (mucho esfuerzo) las llevó hasta la habitación.

Minho estaba en el estudio grabando una nueva canción, iba a demorarse así que estaban bien y le daría tiempo suficiente para decorar y poder pasar por el.

Se demoró alrededor de una hora, hizo un camino de pétalos desde la entrada hasta la habitación que compartían, todo el lugar estaba lleno de velas con aroma a coco y vainilla, un corazón dibujado con los mismos pétalos tomaba lugar sobre la cama al lado de un ramo de cien rosas rojas, sábanas negras y champagne en el lugar.

"Estoy yendo por ti justo ahora. Veinte minutos"

"No te demores, hay tantas cosas que quiero hacerte..."

"Cinco minutos"

Una sonrisa lujuriosa se instaló en los labios del mayor, quien leía la conversación como un bobo enamorado.

—Minho, aún nos falta grabar el coro—

—Oh si... lo lamento Yun— Volvió al estudio.

[...]

"¡Estoy abajo!"

"Ahora voy, nene"

Minho salió disparado del estudio en cuanto termino de grabar.

Y justo en ese maldito momento se topó con su medio hermano.

Lee Sunghoon.

—¿Qué mierda haces aquí?— Minho lo empujó.

—Relájate, mi padre me pidió que te diera esto— Le aventó una caja pequeña, contenía un anillo de oro. —Quiere que se lo des a Hyunjin por su aniversario. Ya entendí que es tuyo y que no puedo hacer nada al respecto—

—Ahórrate tu discurso de buen hermano, maldito hipócrita de mierda—

Minho le regresó la pequeña caja, y salió del lugar, directo al auto de su novio.

—Hola—

—Hola—

Se besaron durante unos segundos.

Cuando se separaron Minho pudo prestar atención al cabello ahora negro de su chico, su cara fue de sorpresa, para el, Hyunjin se veía jodidamente caliente usando el negro.

—¿Te pintaste el cabello?—

—No, me explotó el boiler en la cara y el cabello me quedó negro— El pelinegro menor dijo con sarcasmo recibiendo una mala cara por parte de su marido.

—Te ves jodidamente caliente— Susurró, besando su cuello.

Hyunjin cerró los ojos, disfrutando del contacto, empujando la cabeza de Minho con su mano, incitándolo a marcarle un chupón, el mayor apretaba uno de sus pechos.

Ambos pelinegros estaban en su mundo, hasta que alguien golpeó el cristal de la ventana, interrumpiéndolos.

Minho se separó del cuello de Hyunjin, bajando la ventana, era el padre del pelinegro mayor.

Enredados [HyunHo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora