Enredados [HyunHo]

𝟑𝟒.-

—Entonces... ¿Quieres pedirle a Minho que se case contigo aunque ya están
casados...?—

—Ya te expliqué que nos casamos por compromiso, quiero que esta vez sea real, que nos casemos porque nos amamos—

Yeonjun asintió. Ambos estaban en la cocina preparando el desayuno, Minho aún no despertaba.

—De acuerdo. Empecemos entonces, ¿Cómo se lo pedirás?—

—Planeaba hacerlo ayer en la noche después de follar, pero sentí que sería muy simple—

Hyunjin recibió un golpe en su cabeza.

—¡Oye!—

—¡Obviamente es muy simple pedazo de imbécil! ¡Minho se merece más!—

—¿Me merezco más?— Apareció en la cocina depositando un beso corto en los labios de su pareja y una sonrisa para Yeonjun.

—Si... me refiero a que te mereces algo mejor que este idiota—

—Creo que no merezco más, estoy feliz por tenerlo a él—

—Si... tienes razón, lo siento—

La conversación quedó ahí, desayunaron tranquilos viendo el televisor.

[...]

—¿Porque Yeonjun dijo que me merecía algo más? ¿Hay algo que no sepa?—

—¿Qué? No, por supuesto que no, le gusta molestarme, no es nada bombón—

—¿Estás realmente seguro?—

—Si, lo estoy. Confía en mí, no es nada cariño— Abrazó su cintura. Minho correspondió.

Terminaron de guardar sus cosas en los cajones que Yeonjun les había asignado horas antes, terminaron rendidos y sudados, así que decidieron tomar una ducha juntos en la bañera.

Minho estaba dormido, recargado en el pecho de su novio, este vertía agua en sus hombros de vez en cuando para que no le diera frío.

—No sé cómo me enamoré de ti... pero estoy feliz por haberte encontrado— Susurró Hyunjin sobre su cabellera oscura.

El mayor se removió después de escuchar eso, abrió los ojos poco a poco y dejó un pequeño beso en el pecho de su pareja.
—También me alegra haberte conocido—

—Min...—

—¿mmh?—

—Sabes que tú y yo nos casamos por obligación, no por amor—

—Si Hyunjin, lo sé, no tienes que
recordármelo—

—Cásate conmigo, sé mi esposo de verdad, hagamos esto por amor, porque te amo y porque me amas, me enamoré de ti sin saberlo Minho, algunos días ni siquiera tenía ganas de hablarte y otros simplemente mi corazón me rogaba estar contigo de nuevo, eres todo con lo que siempre soñé y sé yo soy todo lo que siempre quisiste tener, te amo Lee Minho, cásate conmigo... otra vez, hagámoslo bien esta vez—

—¿Me estás pidiendo que me case contigo de nuevo?—

—Si, eso estoy haciendo—

—¿Solo así? ¿No vas a hincarte si quiera? ¿Un anillo? ¿Nada?—

—¿Eso es lo que quieres?—

—Si, quiero que me lo pidas
formalmente—

—Bien, vístete—

—¿Qué? ¿Ahora?—

—Si, ahora, vístete—

Minho salió de la bañera corriendo como un niño pequeño, le importaba poco estar desnudo.