SEBASTIÁN CÓRDOVA
Un día en particular, llegué temprano al entrenamiento, aún estaban las chicas del femenil, entonces esperé sentado en una banca mientras ellas terminaban o llegaban mis compañeros. En eso, miro a una niña correr de un lado a otro con un balón, jugando.
Tomé mi celular y me puse a mirar instagram mientras esperaba, en eso, noto de reojo que va una chica caminando con algo de prisa. La niña reaccionó muy tarde, no notó a tiempo su presencia, dándole un balonazo. Despegué mi mirada del teléfono, dirigiéndola hacia la accidentada, quien era preciosa y se me hacía conocida.
-Perdone -dijo la niña avergonzada.
-No te preocupes, linda -respondió la chica sonriendo.
La pelota había quedado cerca de ella, así que la tomó y comenzó a hacer dominadas, la niña la miró asombrada.
-¡Eres muy buena! -exclamó la niña emocionada.
-Gracias, tú también lo eres -dijo la chica, esbozando nuevamente esa hermosa sonrisa.
-¿Eres futbolista? Porque el entrenamiento ya va a terminar -dijo la niña con un tono muy tierno.
-No, soy la nueva entrenadora asistente... Debía llegar y mirar el entrenamiento, pero me perdí viniendo para acá -dijo la chica riendo apenada.
-¿En serio? Mi mami es la entrenadora.
Estuvieron un rato platicando, yo me hice al que miraba el celular, pero estaba al pendiente de lo que hablaban. Estaban tan concentradas, que parecía que no notaban mi presencia.
-¿Tú quieres ser futbolista? -preguntó la chica a la niña.
-Es mi sueño, pero no sé si pueda -comenzó la niña con ánimo, aunque la fue perdiendo poco a poco.
-No te pongas triste, linda. Si de verdad quieres serlo, esfuérzate.
-Es que me da miedo no ser tan buena -dijo la niña triste.
-¿Quieres escuchar una historia? -le preguntó la chica con una sonrisa cálida.
La niña asintió, así que la muchacha comenzó a narrar:
Había una vez una chica, ella jugaba todos los días futbol con su hermano y los niños de su calle. Ese hermano era bastante bueno, tanto que lo llegaron a invitar a jugar en el equipo de una escuela, a pesar de que no estudiaba ahí. La niña se puso bastante feliz por el chico, pero a la vez se sintió algo insegura, pensó que jamás se cumpliría el sueño que tenía en común con su hermano: ser futbolista.
Al equipo de futbol ese, le terminó faltando un jugador porque uno de los niños se enfermó, así que su hermano les dijo que él podía conseguir a alguien... ¿Sabes a quién le dijo?
-¿A su hermana? -preguntó la niña con un brillito en los ojos.
La chica asintió.
-Pero era un equipo de niños, ¿sí la dejaron jugar a ella?
-Justo a eso voy, linda.
Los dos hermanos hicieron todo lo posible para hacer que la niña pareciera niño. Entonces participó en el torneo. Ese equipo ganó el torneo.
A partir de ahí, los niños comenzaron a crecer. Resulta que un equipo estaba interesado en el hermano para entrenarlo y convertirlo en un futbolista profesional. Un día, mientras ellos buscaban la casa del chico para decirle la propuesta, miraron a la chica jugar en la calle con sus vecinos. Jugaba bien, así que llamó su atención y decidieron darle la oportunidad a ambos.
Así fue como la chica tuvo la oportunidad de su vida. Comenzó a entrenar bastante duro, hasta que pudo debutar y ser futbolista, al igual que su hermano. Lograron cumplir su sueño.
La chica se notaba algo decaída mientras más avanzaba mi historia, o tal vez fue sólo mi imaginación.
-¿Esa historia es real? -preguntó la niña fascinada.
-Claro que lo es, te lo aseguro.
-¡Eso es grandioso!
-¿Lo ves, linda? A veces no es malo contar ovejas, lo necesitas para soñar -dijo la chica con actitud, sonriendo.
TN
¿Cómo le digo a esa pequeña niña que es mi historia? ¿Cómo le digo que ese no es el final? Ni siquiera lo tiene. ¿No le puedo decir que, efectivamente, las ovejas que con tanto esfuerzo conté, se desvanecieron en la hermosa y trágica luz del día?
Me sentía nostálgica, pero lo disfrazaba, no estaba lista para romperme frente a esos dos desconocidos, ni frente a nadie.
Escuchamos la voz de una señora llamando a la niña, supuse que era su mamá.
-Esa historia fue linda, ¿es la tuya? -preguntó el chico que estaba sentado en la banca, hablando por primera vez desde que había llegado.
-Sí, ¿te gustó? -pregunté sonriendo.
-Fue muy emotiva -respondió devolviendo el gesto.
Esa cara, ese cabello, esa sonrisa... Yo conocía a ese chico, no recordaba de dónde, pero no importaba. Era guapo, aún así, no entendía porqué le estaba contando mi vida a desconocidos.
-¿Qué te parece si después del entrenamiento te invito un café y platicamos un rato? Porque no creo que la historia terminara ahí -dijo el chico sonriendo.
-Qué directo eres. Ni siquiera nos hemos presentado -dije sonriendo, aunque no me había desagradado su propuesta.
-Lo siento. Mi nombre es Sebastián.
Ahí lo recordé todo... Él era el chico que me encontré en el estadio, el que metió el gol y me pidió mi instagram.
-Creo que ya nos conocíamos... Me llamo Tn.
Parece que él también me recordó.
-Oh, claro. La chica del partido de Tigres vs América.
-Esa soy. Por cierto, nunca me enviaste mensaje, debería estar indignada contigo por eso -bromeé.
-Lo siento, es que me pareciste guapa, pero te miré besándote con Brian Rodríguez, entonces no creí conveniente hablarte.
-Pues él ya no está aquí -dije sonriéndole de forma coqueta.
Sebastián iba a responder algo, pero escuché que la entrenadora me llamó, así que me acerqué a su oficina.
-Buenas tardes. Lamento decirte que llegaste tarde -dijo la señora con seriedad.
La niña me saludó con energía.
-Hola, otra vez -dijo la niña riendo.
-Hola -dije primero a la niña, luego hablé con la entrenadora-. Lo lamento, es mi primera vez en Nuevo León y no conozco nada, me perdí.
-¿Cómo pudiste perderte? Todos aquí saben dónde está el estadio, no puede ser que no preguntaras.
-Lo siento -repetí-. Es que me dieron unas instrucciones muy raras.
-¿No tomaste un taxi?
-Sí, pero se quedó el taxi a medio camino, tuve que caminar un buen tramo sin saber dónde estaba. Lo lamento, juro que no volverá a pasar.
Estuve un par de horas ahí, mientras la entrenadora me explicaba lo necesario para trabajar. Perdí la noción del tiempo, cuando salí, ya era de noche. Supuse que el entrenamiento de los chicos ya habría termino y Sebastián ya se habría ido... Supongo que será para la otra.
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Contando ovejas (Sebastián Córdova)
FanfictionTn era una futbolista con mucho futuro, hasta que un accidente en auto hizo que los doctores le recomendaran no volver a jugar futbol. Ella abandonó su club, la ciudad, su familia y sus amigos, necesitaba un aire nuevo. Decidió ir a Nuevo Le...