Iba a matar a ese maldito gallo.
Se levantó sin ánimos, frotando sus ojos para despejar su vista. Tras un cansado día donde se la pasó arrancando maíces y quitándole los granos, —donde milagrosamente no se cortó con el cuchillo—, había acabado rendido, por lo que cansado se durmió a las nueve de la noche sin prestarle atención a su alrededor.
Y tenía planeado seguir durmiendo hasta tarde, pero aquel gallo le había arruinado su fantástico plan.
— Maldito animal.— dijo mientras se cambiaba la pijama, pues suponía que hoy tampoco se salvaría del trabajo.
Pero quién lo mandaba a abrir la bocota.
Camino hasta afuera con mucha pereza, rogando al universo para que lo sacará de aquel lugar.
— ¡Buenos días!— exclamó una voz entusiasta, la cual hizo que su irritación creciera.
Frente suyo se encontraba el mismo chico de ayer, quien estaba alimentando al gallo para que guardara silencio.
— Serán días, porque de buenos no tienen nada.— respondió con amargura.
Una risa salió de Dan, quien se levantó del suelo y se sacudió la ropa.
'¿Qué acaso no tiene otro pantalón?' pensó al notar que era muy similar al de ayer.
— Veo que no amaneciste muy de buenas.
¿Por qué debería de amanecer feliz? Estaba viviendo una de sus peores pesadillas justo en ese momento, ¿acaso era motivo para festejar?
— No tengo razones por las cuales amanecer de buenas— contestó.— Odio este lugar.
— ¿Por qué lo odias? Es un lugar agradable.
¿Agradable? ¿De dónde le veía lo agradable?
— Como sea, ¿listo para el trabajo de hoy?— pregunto con entusiasmo.
No, nunca estaría listo para hacer un trabajo de pobres. Primero se suicidaba antes de estar listo en una de esas jodidas actividades.
— ¿Que mierda me vas a poner a hacer hoy?
— Lo primero que debería de hacer es cobrarte por decir tantas groserías, tal vez si lo hago puedo llegar a conseguir mucho dinero.
Típico comentario de pobres, ¿cuando dejaría de hacerse el 'chistoso' y lo pondría a trabajar? Quería acabar con eso lo más pronto posible.
— Pero como no puedo hacer eso, entonces la primera orden de hoy es subir todos esos costales de allá a la camioneta de acá.— dijo mientras señalaba los puntos.
Tras acatar la orden empezó a realizar lo dicho, haciendo poco esfuerzo pues aquel peso no se comparaba con el que cargaba en los gimnasios carísimos a los cuales asistía antes.
— ¡Perfecto!— dijo Dan una vez que había subido todo.— Eres de gran ayuda en esto, usualmente yo hubiera tardado más en subirlos.
¿Y como no iba a tardar más? Si era demasiado flacucho para siquiera cargar uno.
Vió como la camioneta se encontraba llena a causa de los sacos que había subido junto unas mazorcas que había allí, cosa que le hizo preguntarse a dónde los llevarían.
— Ven, subamos a la camioneta.
¿Subir a la camioneta?
— ¿Por qué nos subiriamos?— pregunto mientras lo observaba entrar al asiento del conductor.

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Bajo el cielo de Texas
FanfictionFiestas, alcohol, desastre. Tres palabras que creaban la perfecta descripción del porque había acabado en un lugar como ese. Tras una buena vida de despreocupación dónde no le importaba nada más que a sí mismo, su padre, el dueño de una de las mej...