Después de haber estado en la selva junto a sus amigos y, emprendiendo su viaje de regreso, Simba estimó que, si llevaba un buen paso, llegaría ese mismo día al anochecer, sin embargo, no contaba con que comenzaría a llover. "¿En qué momento aparecieron todas esas nubes?", se preguntaba para sí. A pesar de eso, no pudo evitar sentir con dicha las grandes gotas de agua que caían remojando su melena.
Afortunadamente no encontró ningún contratiempo durante todo el día, hasta que comenzó a oscurecer y, aunque no faltaba mucho camino para llegar a las Tierras del Reino, fue capaz de divisar a lo lejos lo que parecía ser un felino herido. A pesar de que se hacía de noche y la lluvia aún no cesaba, decidió acercarse para ver el estado de aquel animal.
Aunque aún no estaba lo suficientemente cerca, lo que vio fue un león tratando de apoyarse sobre sus cuatro patas, de complexión delgada, lleno de lodo y con múltiples heridas por todo el cuerpo. Sin embargo, eso no fue lo que más le asombró a Simba, sino su físico. Melena negra y tez oscura, con ojos verdes brillantes y una cicatriz muy marcada sobre su ojo izquierdo.
"Scar, no puede ser". Si bien sabía que su padre no lo había matado, todos sospecharon que las heridas que le había causado lo habrían podido haber hecho. Un sentimiento muy extraño lo invadió por completo; aunque ahora sabía que él había sido el causante de todo lo sucedido, no sentía un verdadero rencor hacia león. Sentía el impulso de quererlo ayudar, pero a la vez no estaba seguro si sería la mejor decisión. "¿Qué haré? ¿Llevarlo a la Roca del Rey? ¿Pedirle a Rafiki que lo ayude? No, no debería hacerlo, no sé cómo pueda reaccionar mi padre." La mente de Simba no dejaba de dar vueltas, hasta que finalmente tomó un bocado de aire y se acercó hasta colocarse justo frente a él, sin pensar en nada más.
-¿Mufasa? -pronunció Scar con un terrible temor luego de mirar al león que se había acercado mientras él estaba tirado totalmente en el suelo.
-No soy Mufasa -dijo Simba con tono neutral y sin perder la postura de alguien que quiere mostrarse imponente ante los demás-. ¿Qué acaso no logras reconocerme?
Scar lo miraba detalladamente pero no lograba descifrar su identidad, por lo que terminó diciendo con dolor pero determinación:
-No sé quién eres, pero si piensas terminar conmigo, hazlo de una vez.
-¿Cómo me sugerirías hacerlo? Tal vez llevándote a una estampida, o quizás ordenándole a un trío de hienas que intenten asesinarte.
Los ojos de Scar se abrieron enormemente, hacía mucho tiempo que trataba de no pensar en ello, por lo que incrédulo, preguntó:
-Si-Simba, ¿eres tú? Cómo es que no estás...
-A veces pasan cosas que logran sorprenderte.
Aunque el rostro de Scar mostraba desprecio por la repentina aparición de su sobrino, en realidad estaba atónito; un sinfín de pensamientos y recuerdos llenaron repentinamente su memoria, y simplemente no podía creer que en verdad fuera él; tan crecido, tan vivo. Aunque no lo hizo notar, todo su ser se llenó de una rotunda vergüenza al ver que ni siquiera acabar con Simba había podido hacer con éxito.
-¿Dónde estamos? -finalmente habló con un ligero tono de desprecio, disimulando así sus verdaderos sentimientos.
-Cerca de las Tierras del Reino.
-¿Qué haces aquí? -volvió a preguntar con confusión.
-Lo mismo debería preguntarte...
-Nada, me voy de este lugar. -Dicho esto con voz irritante, se puso de pie con gran esfuerzo y empezó a caminar de regreso, dándole así la espalda a Simba.
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El Rey León: Una Historia Alterna
FanfictionComo su nombre lo dice, es simplemente un "qué pasaría si Mufasa no hubiese muerto en la estampida". No diré más acerca de la historia, es muy sencilla y podría considerarla de tono "melancólico". Sólo la escribí para sacar de mi mente esta idea que...