𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | «No muchos llamaban la atención del heredero orgulloso y egoísta número uno del mundo, hasta que llegó él y descubrió lo que significaba».
Un huérfano con una oportunidad única.
Un egocéntrico aburrido.
Un colegio tan prestigioso co...
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Capítulo 1
"Príncipe encantador"
JUNGKOOK
Ser llamado a la oficina del director en cualquier institución era algo malo. En un orfanato significaba que algo muy bueno, o muy malo, estaba por venir.
Jungkook visitaba seguido esas cuatro paredes mohosas que en su tiempo debieron ser completamente grises. La directora siempre tenía la misma posición detrás de la pantalla de la computadora de escritorio.
Por supuesto que él nunca se coló por la ventana y buscó significados de palabras que escuchó decir a quienes pasaban del otro lado de las paredes del patio. Y tampoco lo hizo cada vez que le parecía que el profesor de su clase no les decía la verdad sobre los sucesos históricos del país. Entrar a esa oficina sin invitación estaba absolutamente prohibido.
Él tenía meses de nacido cuando lo dejaron en la puerta. Por más que era lo que se veía en las películas, la realidad era que sí había parientes dispuestos a lanzar a sus hijos a un lugar lleno de otras bocas igual de hambrientas y situaciones igual de precarias.
Al pasar los años y convertirse en un adolescente se acostumbró a que en las visitas de los matrimonios sin hijos y personas con suficiente dinero como para demostrar que eran aptos para adoptar, él no era una opción. Sin embargo, era el mejor portado, usaba su mejor ropa y tocaba el piano durante el tiempo que duraban las visitas.
Algunas veces ayudaba a presentar a los más pequeños, las dos supervisoras no daban abasto, y la directora estaba más interesada en atender únicamente a aquellos que llegaban con un cheque en la mano y los papeles listos para ser firmados.
Una semana antes de su cumpleaños, acompañó a Henry, el más pequeño de los que quedaban, una pareja quería ir con el niño a jugar al jardín. Miraba las sonrisas enternecidas en el hombre y escuchó las preguntas que le hacían al niño. Supo que iban a adoptarlo cuando ambos se turnaron para empujar a Henry en el columpio.
Sentía felicidad porque al menos alguien tendría una vida mejor, y un futuro mucho más prometedor que el suyo. A él lo esperaba la calle en dos años, y nada más que frío y un mundo del que fue expulsado antes de poder hablar.
Estuvo presente también cuando Henry subió al auto de sus nuevos padres y se alejaron por la calle frente al orfanato.
La directora lo había mandado a llamar quince minutos antes, pero Jungkook decidió que saber si Elizabeth y el señor Darcy obtendrían o no el permiso del señor Bennet para casarse era más importante que lo que le dijeran en esa oficina.
Resultó que no era solo la directora del otro lado de la computadora de escritorio quien esperaba su entrada, sino otro par de ojos que le dieron un bofetón a lo que creía conocer sobre la vida en un orfanato.
