𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | «No muchos llamaban la atención del heredero orgulloso y egoísta número uno del mundo, hasta que llegó él y descubrió lo que significaba».
Un huérfano con una oportunidad única.
Un egocéntrico aburrido.
Un colegio tan prestigioso co...
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Capítulo 25
"Sonrisa estúpida"
JUNGKOOK
No pudo mirar esos ojos grises cuando estos buscaron los suyos, en el reservado todos se quedaron en silencio, pasaban la mirada de uno al otro esperando a lo que Taehyung tenía que decir.
—Tranquilo —le recordó Jimin, este dijo que tenía todo preparado, y era a ese momento al que se refería.
Una sola interacción con Taehyung, y sabría si su acto había dado resultado o si era tan mal actor que este se burlaría de él una vez más.
—Como no estoy dispuesto a dar espectáculo gratis —comenzó a decir Taehyung con su peculiar tono de voz, seguro de sí mismo y de lo que estaba por decir—. Pero es por eso que estamos todos aquí, tendremos cinco minutos en el paraíso.
El corazón de Jungkook latía con fuerza, desbocado.
Taehyung aún no decía su nombre y como el azabache no le devolvió la mirada no sabía si se refería a él o...
—Hoseok —finalizó el castaño con tranquilidad y el cosquilleo en la nuca y los descontrolados latidos del corazón de Jungkook se detuvieron—. ¿Me guías o te guío?
El rostro de todos era un mapa indescifrable, Jimin casi saltó y Namjoon, el imperturbable Namjoon buscaba cualquier cosa para sostener con su mano.
Todos buscaban con la mirada al azabache y veían a Taehyung ponerse de pie y reunirse con Hoseok, quien lo evitó a él a toda costa y esperó cerca de la entrada al reservado.
El capitán del equipo le dio una palmada en la espalda y una media sonrisa antes de irse.
—Le haré pagar por abandonarte, Jeon —le susurró.
Jungkook pocas veces en su vida se sintió tan lleno de furia como para levantarse y hacer algo estúpido. Controlaba perfectamente su carácter hasta antes de conocer a Taehyung y de que éste le dijera que tenía algo especial que lo hacía comportarse de formas que antes eran impensables. Taehyung siempre desencadenaba ese lado de él que le hacía ver rojo.
No le importó que todas las miradas se posaran nuevamente sobre él o que su fachada de traidor despechado que le robó a Taehyung su lugar se viniera abajo. Prefería ser llamado una mascota sin dignidad que permitir que Jung Hoseok permaneciera respirando el mismo aire que Taehyung, durante cinco minutos o tres segundos, le daba igual.
—Devuélvele el golpe —escuchó la voz de Jimin.
Al salir del reservado, giró hacia las escaleras que daban al segundo piso. Una mano lo detuvo, y había visto la cabellera castaña moverse a lo lejos por el rabillo del ojo.
—Te está provocando —dijeron los desesperados ojos de Chaewon, en su agarre se notaba la necesidad de detenerlo—. Si vas él habrá ganado.
No tenía tiempo ni ganas para algo como eso. Apartó su brazo de un tirón brusco y la mano de la chica quedó suspendida. A su alrededor la atención de más de uno estaba puesta en ellos.
