26. No es más celoso

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Capítulo 26

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Capítulo 26

No es más celoso porque no es más alto

TAEHYUNG

«No esperes a que las cosas se arreglen solas, ve y soluciónalas tú mismo»

Las clases darían comienzo a las diez de la mañana, tenía suficiente tiempo para dormir y estar listo antes de esa hora. Entró al colegio después de deshacerse de la sonrisa que adornó su rostro desde que salió de la cafetería tomado de la mano de Jungkook.

La idea de ocultarse y fingir que habían terminado no le agradaba mucho, pero tampoco lo hacía la posibilidad de que su madre estuviera sobre ellos y buscara hacer daño a los Jeon para obligarlos a separarse.

Jungkook había bromeado diciendo que eran como el Romeo y Julieta de la actualidad, pero las tragedias románticas a él le provocaban jaqueca, por lo que no iba a permitir que alguno de los dos fuera tan estúpido como para morir antes que el otro y suicidarse ante la idea de un mundo sin ellos juntos.

Acordaron que Jungkook entraría primero y él cinco minutos después. Los únicos que sabrían que encerrarlos en el reservado del club resultó bien serían Namjoon y Jimin, a regañadientes accedió a compartir con ellos el secreto y solo porque Jungkook insistió.

En toda la historia no había una parte en la que Namjoon y Jimin también estuvieran fingiendo. Sabía que algo le ocultaban y probablemente también era obra de su madre, pero dejaría que ellos mismos lo explicaran.

Por lo pronto, Jungkook continuaría siendo el líder de la Orden y nadie debía verlos juntos, al menos no de la manera que ellos querían.

Resultó que ese año tampoco tenían clases juntos, pero sí que alcanzó a ver la cabeza del azabache de metro ochenta y cinco cuando caminaba hacia su propio casillero. No recordaba lo que tenía en su interior, su padre debió olvidar enviar a alguien a vaciarlo. Así que al abrir la puerta encontró un par de cuadernos, libros, un estuche de lápices y, lo que habría sido un golpe muy bajo por parte del universo, el primer ramo de flores que Jungkook le regaló.

Las flores no se habían desintegrado, sino que se marchitaron sobre su rama y se secaron todas juntas. El listón que rodeaba la tela en la que estaban envueltas aún estaba atado en un moño.

Tomó el ramo e involuntariamente soltó una leve risita, recordó las circunstancias bajo las que Jungkook le entregó esas flores, y cómo casi terminó uniéndose a la Orden esa vez.

Se enfrascó en el recuerdo del hermoso e inocente rostro del azabache en ese entonces y no sintió llegar a la figura que se recargó en el casillero junto al suyo.

Reconocería esa fuerte esencia donde sea, la había soportado durante tres años; y esa sonrisa descarada lo molestó como la primera vez que lo vio en la enfermería, cuando fingió ser el médico del colegio para acercarse a él.

Sangre Pura | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora