EPÍLOGO

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Epílogo

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Epílogo

"Malabares y otros mares"

JUNGKOOK

—Ahora de frente —le indicó Taehyung. Jungkook obedeció, como siempre que su esposo pedía algo, giró su cuerpo ligeramente y sonrió mirando a la cámara.

Nunca tuvo muchas fotografías, salvo las que anualmente les tomaban en el orfanato. Tampoco se sentía cómodo con la idea de pararse en medio del camino a posar para una cámara sostenida por un hermoso castaño.

Salvo que ese hermoso castaño es mi esposo, la personita más compleja que conocí en mi vida.

—Basta, ni una más —se acercó a Taehyung, lo rodeó con los brazos y le dio un beso en esos labios que le pertenecían solo a él—. Mi pago por posar para su cámara, su alteza.

—Deberías pagarme por tomarte fotos, es todo un reto hacer que no se vean borrosas, te mueves demasiado.

—Sí, porque es raro quedarse quieto durante tanto tiempo.

Taehyung lo miró con los ojos entrecerrados.

—Tres segundos, Jeon —indicó—. ¡Tres! Y ni dos de esos puedes estarte quieto.

El azabache lo tomó de la mano y comenzaron a caminar de regreso a la casa. Taehyung tenía su propia isla a treinta minutos de la ciudad en helicóptero. Decidieron pasar cuatro semanas de luna de miel en una casa oculta de murmullos y miradas curiosas.

Cuatro semanas de las que apenas llevaban una.

La casa se encontraba a la orilla de una playa con arena blanca que por las tardes se teñía de un rojo intenso que le gustaba observar.

Sabía lo que era una playa, por supuesto, pero no estuvo en una hasta después de casarse con Taehyung.

Casarnos.

Estoy casado con Kim Taehyung, el heredero cuyo nombre basta para entrar a cualquier lugar en el país. Para mi era mi príncipe, mi hombre de ojos grises, mi esposo.

—Caminemos por la playa —dijo Taehyung. Hacía demasiado frío para pasear a la orilla del mar, pero Jungkook no iba a negarle algo a su caprichoso y demandante esposo.

Solo tres días después de llegar, notaron que el clima en esa época del año no era el mejor para entrar al agua. Le bastaron diez minutos cerca del mar para saber que era su lugar favorito.

Sumado a que estaba acompañado de su persona favorita en el mundo, Jungkook era el ser humano más feliz.

Los atardeceres le gustaban más que los amaneceres, sobre todo porque a Taehyung le molestaba levantarse temprano y era más probable que salieran a la playa por las tardes y las noches.

Sangre Pura | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora