𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | «No muchos llamaban la atención del heredero orgulloso y egoísta número uno del mundo, hasta que llegó él y descubrió lo que significaba».
Un huérfano con una oportunidad única.
Un egocéntrico aburrido.
Un colegio tan prestigioso co...
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Capítulo 42
"Prioridades en blanco y negro"
NAMJOON
Lo último que habría querido era dejar a Jungkook y Taehyung solos, pero sus padres insistieron en que volviera con ellos. Dos noches antes, estaba sentado junto a Jimin y su familia, para la cena de despedida de su hermano antes de que regresara a la academia.
La llamada llegó antes de que pasaran al postre. Informó a Jimin de lo que pasaba con el mayor tacto del que fue capaz, él no era la persona más sutil al momento de decir las cosas.
O era blanco o era negro, no había más.
La expresión en el rostro de Jimin le indicó que, al menos esa vez y por gracia de a saber qué ser, no había sido el brusco insensible de siempre.
Pasaban los años y no entendía cómo es que Jimin, el chico fiestero, romántico, comprensivo y sincero al que conocía desde que eran niños, logró comprenderlo y se quedó con él a pesar del sufrimiento por el que lo hizo pasar durante años.
Sí, quien llamó su atención fue Taehyung, pero porque era imposible conocer a Taehyung como ellos lo hacían y no desear protegerlo. Jimin sentía lo mismo hacia su amigo. Él siempre fue el más callado, el que asentía y hacía lo que Taehyung decía, y Jimin estuvo ahí cada vez para apoyar a Taehyung, aunque no estuviera de acuerdo con sus decisiones.
Su relación con Jimin no tenía nada que ver con la resignación o con lo que todos solían pensar de ellos; Jimin era a quien amaba, a quien podía ver todos los días y aun así sentirse desesperado tras unos minutos separados.
De haberse encontrado en una situación como en la que se encontró Jungkook, habría hecho lo mismo, donde primero vio caer inconsciente a la persona que amaba, para luego sentir cómo la fuerza se le iba de los brazos y caía él mismo en la oscuridad, sin saber si sobrevivirían, si su amado lo haría.
Y tal vez él se habría vuelto un poco loco antes de por fin desmayarse. Dos días habían vigilado las habitaciones en el hospital. Dos días sus padres se encargaron de demandar a los Jeon y a los Han. Esas cuarenta y ocho horas le sirvieron para comprender que su instinto protector ya no era solo hacia Jimin y Taehyung como antes, Jungkook era uno de ellos y a él también debía cuidarlo.
—¿Estás seguro de querer hablar con ellos? —preguntó William Dimitrov, uno de sus padres. El hombre de cabello cenizo esperó junto a Jimin en el hospital mientras él y el otro de sus padres, Dongwook Incanti, estaba con él en la estación de policía.
Temió que si abandonaba el lugar los padres de Riza lograrían sacarla de la cárcel, y él no iba a permitir que la mujer que envenenó a sus amigos saliera libre.
—Debo estar seguro antes de sugerirle a Jungkook que anule su adopción —explicó—. Los Jeon están esperando afuera del hospital desde esa noche, no sé si Jimin me ha contagiado de su sentimentalismo, pero eso me hace pensar que quizá no tuvieron nada que ver.
