ESPECIAL I | RESISTENCIA

912 191 18
                                    

ESPECIAL I

"Prueba de resistencia"

TAEHYUNG

—Le he dicho mil veces que no necesita ir a la universidad, ¡Somos ricos!

—Precisamente por eso puede hacer lo que le venga en gana —respondió Jimin sentado en el asiento del copiloto de su deportivo negro favorito.

Apartó la mirada del frente un instante para dedicarle a Jimin la peor de sus expresiones, pero su amigo ni siquiera le prestó atención. La única opción que le quedó fue orillarse en la primera oportunidad y abrir con el mando la puerta del copiloto.

—No me voy a bajar —advirtió Jimin, al darse cuenta de la intención de Taehyung.

—Este espacio es mío, aquí solo quiero escuchar opiniones iguales a las mías —dijo Taehyung—. Si no me apoyas te bajas.

—Te desquitas conmigo porque Jungkook no está.

En realidad, su amigo ya debía estar acostumbrado. Desde el mes anterior, cuando Jeon Jungkook, el tonto y hermoso hombre decidió informarle, ni siquiera consultarle, que se había inscrito a las clases en la universidad, el malhumor y el odio de Taehyung hacia el mundo solo iba en aumento.

—Es tu deber, ¿o no eres mi amigo de toda la vida? —preguntó con reproche.

Escuchó a Jimin bufar, pero no le dio importancia porque también lo vio asentir.

—Bien, ahora vamos a desayunar y luego a torturar a unos cuantos miserables lame botas.

—No puedes llamar así a tu equipo, Tae, gracias a ellos no te vas a la quiebra.

—Mi capital basta y sobra para soportar muchas bajas —alardeó.

El ritual de todas las mañanas desde que Jungkook decidió abandonarlo para pasar tiempo encerrado en un salón de clases constaba en Jimin escuchándolo quejarse mientras él conducía hacia su cafetería favorita.

Estaba cerca del colegio y, aunque la presencia del dueño o la junta no era requerida todos los días, a él le gustaba ir para incomodar a Sanem.

La madre de Jungkook era su madrina y confió en ella más que en su propia madre la mitad de su vida, pero desde que cabía la posibilidad que Sanem y Hyunseok estuvieran involucrados en el intento de asesinato hacia él y Jungkook, no confiaba mucho en ninguno de los dos.

Y casi en nadie, en realidad. Su familia no era un ejemplo de lealtad tampoco, lo que solo dejaba a Jungkook y a un número tan reducido de personas que podía contarlos con los dedos de una mano.

Jimin se acercó al mostrador para pedir el desayuno de ambos y él esperó en el asiento cerca del ventanal con vista al jardín del castillo de Crown Élite.

Nunca le había gustado más su colegio que cuando pasó a estar a su nombre. Era el legítimo heredero de la fortuna de los Kim, desde que sus abuelos se regresaron de sus vacaciones y anunciaron su retiro oficial.

Su madre y su tío seguían sin dar señales de vida, su tía y su hija mayor, Aranza, se fueron a Escocia y Chaewon se preparaba desde hace más de un año para la supuesta boda con el hijo menor de los embajadores de ese país.

—Pura mierda, Zeth jamás se casaría con ella —comentó y soltó la revista en la que su peliblanca prima aparecía sentada en una tienda de vestidos de novia—. Es el cuarto artículo de ella eligiendo el vestido. Disfruta ser el centro de atención, es como su hobby.

—Un rasgo de familia —dijo Jimin. Su amigo puso frente a él una taza de café cremoso y un sándwich de pollo y queso—. Pero tienes razón, no creo que Zeth quiera casarse, me lo encontré hace un par de noches en el club.

Sangre Pura | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora