**Capítulo 6: Marcando las páginas del comienzo**

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➳Ese día en la cafetería, antes de encontrarse con Jimin, todo había sido un caos en su mente. T/N había estado sumida en sus pensamientos, atrapada entre dudas y recuerdos que parecían querer arrebatarle cualquier atisbo de tranquilidad. Pero entonces, él apareció, como un bálsamo silencioso en medio de una tormenta mental. No hicieron falta palabras grandilocuentes ni gestos dramáticos; solo su presencia, natural y desprovista de pretensiones, fue suficiente para que poco a poco los pensamientos inquietantes comenzaran a disiparse.

La conversación que no ocurrió dicha en voz alta se desarrolló en gestos y miradas, en la manera en que ambos compartieron el espacio sin invadirlo, permitiendo que la aceptación mutua sellara la promesa no pronunciada. La vulnerabilidad que compartieron, aunque tácita, fue el cimiento sobre el cual se había forjado un lazo firme pero delicado.

Cuando Jimin dejó el marcador en el libro, algo se encendió dentro de T/N. Un sentimiento cálido, tal vez un rastro de esperanza que aún no había percibido hasta ese momento. El simple objeto, de alguna manera insignificante para otros, encapsulaba la esencia de ese encuentro. Era un simbolismo que decía más de lo que un sinfín de palabras podría haber logrado: una invitación tácita para continuar la historia que juntos estaban escribiendo, página por página.

Ya fuera de la cafetería, mientras la lluvia amainaba, Jimin caminaba con el corazón ligeramente más ligero. Las gotas restantes golpeaban el pavimento con menos insistencia, como si estuvieran despidiéndose de él. En cambio, el viento que había iniciado como un murmullo dentro de la cafetería, ahora jugaba suavemente con sus pensamientos. Sabía que no importaba qué sucediera después, tal vez se encontraran en otros cafés, o tal vez sus caminos volverían a cruzarse en cualquier otro lugar inesperado. Lo importante era que había dejado una parte de sí mismo en ese marcador, y con él, la esperanza de que esos frágiles pero significativos lazos pudieran resistir el curso del tiempo.

Por su parte, ella cerró el libro, entreabriendo las páginas una última vez para ver dónde estaba colocado ese pequeño pero significativo marcador. Una sonrisa suave y reflexiva se dibujó en su rostro, sabiendo que entre esas palabras impresas, en ese trozo de papel, había una promesa de futuros momentos, futuros encuentros donde la café tendría el mismo aroma, tal vez la lluvia también marcara otro compás.

A veces, los inicios no precisan de fuegos artificiales ni de grandes declaraciones. A veces, un marcador en un libro y una complicada pero auténtica sinfonía de sentimientos compartidos es todo lo que se necesita para comenzar a escribir un nuevo capítulo.

El silencio entre ellos no era más que una complicidad tácita, un lenguaje que habían aprendido a compartir sin siquiera darse cuenta. El bullicio usual de la ciudad se había desvanecido en el eco de la lluvia golpeando el exterior, permitiendo que se creara un espacio sin tiempos, donde ambos podían descansar de la constante corrida del día a día.

La chica no pudo evitar pensar en cuán raros eran estos momentos, en cómo la vida, con su implacable ritmo, rara vez daba lugar para respirar, para sentir, para estar simplemente. Habían llegado a esa pequeña cafetería sin mucho plan, buscando refugio del aguacero, tal vez, pero ese rincón había trascendido a una simple pausa en su rutina. Ahora, era un santuario, un espacio donde sus almas fatigadas por las batallas internas podían encontrar consuelo en la compañía del otro.

Con una leve inclinación de su cabeza, notó cómo Jimin ajustaba el libro entre sus manos, casi como si estuviera meditando sobre las palabras que había leído, al igual que ella lo había hecho unos instantes antes. Esa sutil sonrisa que se había dibujado en sus labios era un testimonio de la paz que ambos habían encontrado en ese instante, un lugar donde no se necesitaba ser más que lo que ya eran.

El libro en su regazo resonaba como un recordatorio de que, aunque cada camino personal era complejo y estaba lleno de sombras, siempre existía la posibilidad de que alguien caminara a tu lado, no necesariamente para despejar esas sombras, sino para ofrecer su presencia, su simple y poderosa presencia. Era hermoso y desgarrador al mismo tiempo, la forma en que los pequeños actos de compañía podían aligerar el peso de las cicatrices profundas.

Ambos siguieron leyendo, dejando que las palabras del papel se entretejieran en el silencio cómodo entre ellos, como una melodía suave que les hablaba de promesas y segundos comienzos. Ni siquiera la tormenta podía penetrar esa burbuja, ni los miedos no dichos tenían cabida en ese momento de pura conexión.

Había un entendimiento mutuo, una comprensión de que no tenían que tener todas las respuestas, ni la necesidad inmediata de impresionarse. Solo la comprensión de que a veces, en el universo caótico de sentimientos, lo que más hacía falta no eran soluciones, sino compañía.

El reloj en la pared apenas marcó los segundos, como si el tiempo se negase a correr mucho en ese rincón particular del mundo. Cuando levantó nuevamente la mirada, encontró que Jimin la estaba observando de nuevo, con ese mismo brillo tranquilo en sus ojos. No hubo necesidad de palabras. Un leve asentimiento entre ellos fue más que suficiente para sellar la paz de ese momento.

El mundo exterior podía esperar un poco más; las sombras y los desafíos aún seguirían allí, pero en ese rincón plácido, en esa cafetería reconfortante, habían encontrado algo más valioso que respuestas: habían encontrado a alguien que podía verlos realmente, aún cuando ellos mismos se sentían invisibles bajo el peso de su propio mundo.

La lluvia seguía cayendo, y la ciudad fuera seguía su curso imparable. Pero en esa pequeña burbuja, en la que el tiempo se había detenido, ambos supieron que no estaban solos, que de alguna manera, en medio de tanta incertidumbre, habían encontrado lo que necesitaban para seguir adelante. Y tal vez, eso era más de lo que se atrevieron a pedir al llegar.➳

~𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑎𝑑𝑜 𝐿𝑢𝑛𝑖𝑡𝑎𝑠... 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑒𝑛 지민 𝑙𝑜𝑣𝑒!

~𝐽𝑖𝑚𝑖𝑛~ 𝐿𝑎 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑎 𝐼𝑛𝑣𝑖𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora