➳El tiempo había pasado, dejando atrás la tormenta de emociones que ambos habían enfrentado. Después de ese día en el que abrazados en medio de lágrimas, Jimin te prometió que demostraría su amor con acciones más que con palabras, comenzaron un nuevo capítulo. Uno lleno de desafíos, pero también de risas, momentos de crecimiento y sobre todo, un amor que florecía sin cesar.
No fue fácil al principio, como en cualquier relación real. Hubo momentos de duda, breves destellos de inseguridades que te asaltaban en la penumbra de la noche, los recordatorios ocasionales de cómo había comenzado todo. Pero en esos momentos, Jimin estaba ahí, tomando tu mano, mirándote con esos ojos llenos de ternura y promesas no dichas, asegurándote que todo estaría bien. Que él estaba, y siempre estaría, junto a ti.
Te sorprendió cuán rápido se convirtieron en una pareja inseparable. Le gustaba preparar sorpresas para ti en los momentos más inesperados. Desde notas escondidas en tu bolso agradeciéndote por amarlo, a esos pequeños boletos para eventos que sabía que disfrutarías. Y las caminatas al atardecer cuando ambos se encontraban libres, se volvieron una tradición. Era en esos momentos de silencio compartido, donde no había necesidad de hablar, que ambos sentían la profundización de su vínculo.
Una vez, te llevó a un lugar secreto que él solo conocía; una colina a las afueras de la ciudad, con una vista estrellada que quitaba el aliento. Bajo ese cielo inmenso, te contó cómo, en los días más difíciles, era ahí donde iba a ordenar sus pensamientos, a encontrar paz. "Pero ahora", te dijo mientras te tomaba la mano, "mi paz eres tú."
Ambos compartían una pasión por la música, y había noches en las que él sacaba su guitarra y comenzaba a tocar melodías suaves mientras tú cantabas con él. Esos pequeños conciertos privados, con solo el sonido de sus voces resonando en las paredes, se volvieron uno de los pilares de su amor. Aquí, en la sencillez de una melodía sincera, encontraban un profundo sentido de conexión.
Cuando se presentaron los retos de la vida cotidiana, ya no eran obstáculos que parecían insuperables, sino desafíos que ambos enfrentaban juntos. Discutían sobre las tareas domésticas, organizaban citas de café solo para hablar de libros que compartían, y planificaban futuros viajes mientras se recostaban en la cama, imaginando cómo seguiría creciendo su historia.
Un día en particular, decidieron visitar una librería de segunda mano que habían descubierto en una de sus caminatas. Era un lugar pequeño, pero con estantes llenos de historias olvidadas, cada libro allí parecía ocultar un misterio. Pasearon entre los pasillos, hojeando diferentes títulos, hasta que recogieron un libro cuyas páginas amarillentas y gastadas contaban una historia de amor inmortal. Decidieron comprar ese libro; se miraron, sonrieron e hicieron un pacto no dicho: leerlo juntos, como un símbolo de la historia que estaban escribiendo.
Así fue como las noches empezaron a llenarse de lecturas en voz alta. Jimin tomaba la iniciativa y leía mientras tu cabeza descansaba suavemente en su pecho. Su voz profunda convertía las palabras en melodías, hilvanando cada oración en letras que danzaban en tu mente. Cuando un pasaje se volvía demasiado intenso o conmovedor, se detenía, te miraba intensamente a los ojos, como preguntando sin palabras qué estabas sintiendo.
Y así, cuando el libro terminó, no hubo necesidad de discutir lo que habían comprendido, lo que había cambiado. Ambos sabían que esa historia, aunque en papel, era un reflejo de su propio viaje. Un viaje que comenzó de una manera inesperada, con dudas, con dolor, pero guiado por un verdadero amor que solo creció y se fortaleció.
Entonces, en esa última página, cuando cerraron el libro en silencio, Jimin giró su rostro hacia ti, una suave sonrisa jugando en sus labios. Sin decir palabra, trazó una línea invisible sobre tu mejilla, tomándote ligeramente por la nuca mientras se inclinaba hacia adelante. Su beso fue lento, lleno de paciencia y promesas inescrutables; un beso que sellaba todo lo que habían pasado, y todo lo que compartirían en el futuro. Cada dulzura, cada risa, cada lágrima, y cada beso que estaba por venir.
Este no era solo un final feliz. Era el comienzo de una historia auténtica, tejida entre la pasión y la verdad que ambos habían construido desde aquel día en que todo parecía haber sido simplemente un juego. Y mientras se abrazaban en ese último momento del día, tú sabías, y él también, que este amor estaba lleno de tantas promesas que jamás serían rotas. Con él, Dulce Jimin, descubriste que tu historia apenas estaba comenzando.➳
~𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑎𝑑𝑜 𝐿𝑢𝑛𝑖𝑡𝑎𝑠... 𝑅𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑒𝑛 지민 𝑙𝑜𝑣𝑒!
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~𝐽𝑖𝑚𝑖𝑛~ 𝐿𝑎 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑎 𝐼𝑛𝑣𝑖𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒
Fanfiction...𝑈𝑛𝑎 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜́𝑛 𝑑𝑒 𝑝𝑖𝑒𝑑𝑟𝑎 𝑠𝑒 𝑒𝑛𝑐𝑢𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎 𝑎𝑡𝑟𝑎𝑝𝑎𝑑𝑎 𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑒𝑛𝑐𝑎𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑙 𝑐ℎ𝑖𝑐𝑜 𝑚𝑎́𝑠 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑒𝑙𝑎...𝐿𝑜𝑔𝑟𝑎𝑟𝑎́ ℎ𝑢𝑖𝑟 𝑜 𝑠𝑖𝑚𝑝𝑙𝑒𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒...