Parte 8

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Newt.

Increíble. No recordaba cuánto dolía que te sacaran sangre, y eso que la última vez fue cuando por primera vez Janson nos trajo a sus estúpidas instalaciones y nos hicieron las pruebas de inmunidad y toda esa basura.
 
La enfermera, luego de sacar un frasco entero de sangre: «Mierda, por poco me drenan todo», me dio una sonrisa amable y me dio indicaciones de que tenía que esperar unos 10 minutos sentado en caso de desmayo.
 
Le agradecí y espere. Observé a mi alrededor la habitación sumamente iluminada con unos focos blancos que me recordaban a un hospital. Habían ciertas cosas que mi mente podía saber exactamente lo que eran a pesar de ese lindo borrón de memoria que me dio CRUEL. 

Suspire con aburrimiento y mis ojos siguieron deambulando el lugar: una camilla blanca. Un pequeño cajón a su lado que debería contener herramientas médicas y medicinas. Las ventanas se veían de un material duro y difícil de quebrar. Tenía unas persianas transparentes, las cuales traspasaban los rayos débiles del sol. Cerca de la puerta había un reloj con sus minutos marcando exactamente las 17:30 pm. Y, joder, la altura parecía como si estuviera en un puto rascacielos.

🏹🏹🏹

—Con permiso —pedí mientras entraba a la gran oficina de la Ministra Ava. Aunque la vieja me cayera mal, los modales no estaban de más.

Me acerqué y me detuve cuando estuve a unos 3 metros de ella. Ava se encontraba sentada en un sofá individual de color gris, con las piernas cruzadas una encima de otra, mientras que en su mano derecha tenía un vaso de whisky, observando toda la maldita ciudad, ya totalmente oscura, que se podía ver desde aquel gigantesco y largo vidrio polarizado, que difícilmente se podía calcular la altura y el ancho con la mente y la vista.

—Siéntate, Newt, por favor —replicó Ava.
 
Asentí y tomé asiento en un sofá que estaba a mi lado.

 
—Hiciste bien el quedarte y aportar.—Soltó ella aun sin apartar la mirada del frente.

—No tenía opciones. —Solté con reproche. 
 
—La verdad, no tenías muchas, pero tenías.
 
Levante una ceja.
 
—¿Y esas serían?

 
—No servirá de nada decirte ahora. Lo hecho, hecho está —tomo una pausa y continuo—: lo importante es que te curaste del virus, estás aquí sano y salvo, y podrás salvar a muchos gracias a tu sangre.
 
—Entonces… Espere, aún me cuesta asimilar esta mierda —pronuncie con sinceridad—. Janson sí me dijo que mi sangre era especial y todas esas tonterías, ¿pero no que Tommy era la cura?
 
Ava asintió, y esta vez su mirada estuvo fija en mí.
 
—Veras, Thomas es inmune, pero también su sangre contiene la cura. Así como tú no eres inmune, también eres la cura para todo esto, Newt.
 
—¿Y cómo eso es posible?
 
—En las variables siempre existirá un problema así. El inmune y el no inmune que contiene la cura. Ambos podrían trabajar juntos, pero al no ser iguales con el tema de la inmunidad, al final los resultados cambian dependiendo de las variables, dejando a uno de los dos con vida. En este nuevo caso, Thomas y tú son sobrevivientes y al tenerte aquí, no necesitaríamos tanto a Thomas, pero eso no significa que no lo necesitemos del todo. Hablamos de millones de vidas a las que hay que curar y tu sangre con la de Thomas sería suficiente para salvar a toda la población. Aunque no queramos, igual necesitamos ayuda de Thomas.

 
Mi mente estaba siguiéndole el ritmo a esta vieja, que estaba más loca que la Rata.

Me pasé la mano por la cara antes de volver a interrogarla:

 
—Entonces, debido a estos cambios de último momento que quien sabe cuando se enteraron, supieron que yo era la cura, ¿así?
 
—Sí, Newt. Nos enteramos cuando estabas en el palacio de los Cranks que eras la cura para todo esto. Lo supimos gracias a las múltiples pruebas que te habíamos realizado en el laberinto y cuando Janson los trajo al refugio, sin mencionar su escape.
 
—Bien… Creo que las cosas se me están aclarando.
 
—Es bueno escucharlo, Newt.

 
🏹🏹🏹

Charlotte.
 
Abrí los ojos y me sente de golpe. Observé a mi alrededor y me di cuenta que estaba en mi habitación. Era extraño decirle así, pero bueno. Me levanté de la cama con suma rapidez y con la sangre hirviendo.
 
Un mareo seguido de un escalofrío me recorrió el cuerpo, que me tuve que apuntalar de la pared por unos segundos para no caer. 
 
«Maldito, Gally»
 
El infeliz me manipuló y yo como estúpida recibí ese café. Si tan solo me hubiera dado cuenta antes, tal vez no hubiera desmayado en sus brazos. Pero la pregunta era ¿Por qué quería dejarme inconsciente? Bueno, eso ya lo veremos.


Me encamine y busque por todo el maldito edificio a Gally. Cuando me enojaba, sí que iba en serio, y que me hicieran ese tipo de cosas lo odiaba con toda mi alma.

Una vez que le pregunté a Harriet si había visto a los chicos o al menos a Gally, me indicó que estaban en la sala de mapas. Camine hasta allá y abra la puerta de golpe. Los presentes me miraron; y a eso me refiero a Thomas, Gally y Vince.

«Aquí nos desconoceremos mi querido cejitas.»

Mis pies comenzaron a caminar por sí solos hacia la dirección del chico. Estaba preparado con mis manos en un puño listas para golpearle la cara de estúpido con la que me veía. Él retrocedió dándose cuenta de mi próximo movimiento… Pero antes de que pudiera levantar mi brazo, Thomas se colocó frente a mí y me tomó ambos brazos.

—Oye, oye, tranquila.—El pelinegro habló y yo lo mire echando fuego por los ojos si eso era posible.

—¿Qué esté tranquila? Thomas, este maldito le echo algo a mi café y me dejo inconsciente, ¡¿y quieres que esté tranquila?!

—Yo le dije que lo hiciera —confesó Tommy.

—Espera, ¿qué?—mire a Thomas con el ceño fruncido y me guío a una silla cercana. No le aparté la mirada mientras me sentaba y me calmaba, aunque eso iba a estar medio difícil. — ¿Por qué mierda hiciste tal cosa?

—Porque necesitabas descansar —respondió Thomas, y Gally le siguió:
 
—Concuerdo. Aparte, tu terco trasero jamás se iba a quedar quieto, era necesario.
 
El maldito, después de todo, aunque fue idea de Thomas, él también fue cómplice de sus actos.
 
—¡No tenías derecho a hacerlo!
 
—Tranquila, era por tu propio bien —replicó Thomas, a lo que yo coloqué mis ojos en blanco.
 
—Puf, estoy bien. —recalqué. —Pero de todas maneras no-
 
Thomas no me dejo terminar la frase.
 
—Te vas a ir a tu habitación a descansar, ¿sí?— Yo solo asentí.
 
«¡Ha!, como si le fuera a hacer caso.»

🏹🏹🏹

Me salí con la mía nuevamente. Me quedé con los chicos pensando en las posibilidades de que nuestro plan fallara. Solo tres días más necesitábamos para rescatar a Minho y dos para secuestrar a Teresa; aunque eso no me importaba mucho, lo que más me importaba era donde mierda se encontraba Newt.
 
Mientras Thomas y Vince revisaban el mapa una vez más, repasando todo, mi mente divagaba pensando en cómo salir de este edificio sin levantar sospechas.

Y lo que iba a hacer. 

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NOTA DE LA AUTORA:

Como hoy es 24 de agosto 2024:

¡¡¡FELIZ DÍA DEL LECTOR EN GENERAL!!!

Espero que les hayan dado su libro con una rosa, o al menos un marcapáginas jjsjajsak. Sino, espero que se hayan autoregalado algo, como yo 🤗.

¿Tal vez en otro universo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora