30- La Libertad De Amar

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Observo la luna desde el balcón de mi ahora casa, ha pasado más de un mes desde que estoy aquí y no puedo acostumbrarme, la extraño tanto. Pensar en que esto no es ni una cuarta parte del tiempo que voy a pasar aquí me destroza. Ella y yo no estamos muy bien, hablamos y nos arreglamos pero las cosas siguen confusas, estoy asustada de que no logremos superar esto como ella dijo.

Siento una cabeza reposar en mi hombro, haciendo que me aleje de inmediato.

- ¡Oye! Esta vez no quiero pelear, ni molestarte, sólo no quiero que te sientas sola, ¿Si?- la miro con desconfianza, ella me extiende sus brazos, esperando que me abrace a ella. - Ven aquí, no hay ningún juego ahora, lo juro.- ella se acerca a mí y me rodea con sus brazos, estrechandome ligeramente.

Suelto un suspiro y entonces nos alejamos.

- Me...- se aclara la garganta nerviosamente - Me preocupo por ti... Aunque sea imposible creerse.- frunzo el ceño, ¿Qué carajos me está diciendo?

- Pues... ¿Gracias?- ¿Cómo se supone que reaccione a eso?

- Mira ______,- suelta un suspiro. - Yo... Estoy enamorada de ti y es la primera vez que me pasa, sólo quiero que me des una oportunidad, juro que no soy tan mala como parece.- mi rostro se distorsiona a más no poder, ¿Qué mierda está pasando?

- ¿Tú...?

- Quiero que estés bien, eres la primera persona que en verdad me importa.- ella sonaba honesta, no habían sonrisas déspotas, ni burlas, sus cejas estaban ligeramente fruncidas y sus ojos brillantes. - Y no voy a descansar hasta tenerte- ella habla mientras camina hacia mí, haciéndome retroceder. - Porque esto que siento no se puede ir así nada más, yo te quiero a ti.- choco contra el balcón y ella coloca sus manos a cada lado de mí, sin dejarme escapar.

- No, estás confundida, no...

- Shh...- ella sonríe.

- Aléjate, Ellie.- ordeno pero ella no obedece, sigue acercando su rostro a mí. - ¡Mierda, dije que te alejes!- salgo del shock y la alejo de un empujón.

- Oh no... Tú no me rechazaste a mí.- habla con odio en mi dirección.

-Lo hice, Ellie. Lamento que no siempre puedas tener lo que deseas.- respondo con odio.

- No, yo siempre tengo lo que deseo.- no respondo y simplemente me voy de ahí.

Unas horas después me encuentro en la sala viendo televisión, todas las luces están apagadas y Shark está en mis piernas, la única luz es la de la televisión.

En cualquier otra ocasión probablemente estaría por ahí conociendo la ciudad, descubriendo lugares lindos o haciendo algo divertido, en otra ocasión en donde Billie estuviera conmigo. Pero estoy en esta casa, pudriendome en mi tristeza y no tengo a Billie.

- ¿Sabes? Me recuerdas mucho a mí.- oigo a mi tía entrar a la sala para sentarse a mi lado.

- ¿Por qué?- la miro, sin dejar las caricias en el pequeño Shark.

- Yo también estuve enamorada de una chica... La única vez en mi vida que estuve enamorada.- eso me tomo por sorpresa, ¿A mi tía le gustaba una mujer?

- ¿Y qué pasó?- la miro intrigada.

- Nos alejaron una de la otra... Simplemente nuestro amor no pudo ser, ¿Por qué crees que Cecile es mi mejor amiga y yo sigo soltera? Ella y yo debíamos ser otra cosa.- veo su rostro lleno de tristeza, ella aún la ama.

- ¿Y su esposo lo sabe?

- No, a ella la obligaron a casarse con ese hombre, y en tanto a mí, no podían obligarme a nada, yo ya era dueña de mi vida en ese entonces.- me acerco más a mi tía y la abrazo por los hombros para que se sienta acompañada.

Oportunidades Destinadas [Billie Eilish]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora