Anonadado y preocupado se levantó ligeramente dándose cuenta de que en la sabana sobre la que dormía, había una mancha de sudor de su torso y posaderas. Con rapidez, trato de moverse para levantarse de la cama, pero cuando lo hizo sintió un leve ardor en su miembro cuando este roso con su pierna.
― Auch...― miró como de su miembro aún escurría un líquido extraño y pegajoso al mismo tiempo que se subía su calzoncillo y su pijama.
Trago saliva y miró como estaba su cama, toda húmeda y deshecha, rápidamente recordó el sueño que había tenido el día anterior; se limpió el sudor de la cara preocupado mientras pensaba impactado: "Fue real".
Decidido comenzó a cambiarse la ropa por la que iba a usar ese día, sin dejar de ver en un solo momento su cama y sin poder creer lo que le estaba pasando: "No, no esto no es real, debo estar enloqueciendo... Primero el idiota de Ignacio con su exploración, ayer pude escuchar cosas que no debía, me quedé dormido como si no hubiese descansado en días y en la noche, una mujer...", se quedó callado unos segundos, sintiendo como su corazón estaba apunto de explotar y sus piernas se doblaban por el miedo, pero pronto siguió recordando la sensación que había sentido al hacerlo, estaba sumamente duro, cuando la mujer estuvo yendo hacia enfrente y atrás, él sintió algo que nunca antes experimentó, esa tranquilidad y el calor que le brindaba lo hicieron sentir como si estuviese en el paraíso.
De tan solo recordar nuevamente esa sensación comenzó a endurecerse solo que el dolor de chocar contra su ropa interior y su pantalón de mezclilla provocaron que se preocupará.
― No, tranquilízate.― comenzó a hacerlo hacia abajo con su mano para que no se viese su notable erección.
Después de eso prosiguió a ponerse una camisa de color azul Aeropostal de mangas largas.
"Debo pensar en otra cosa", de pronto y sin previo aviso fue hacia su silla donde estaba una de sus chaquetas que usualmente usaba, era de color negro con rayas blancas en los mangas y en la parte de la espalda alta la palabra Grafitti escrita en cintas blancas. Todo parecía normal, pero cuando tomó esta del respaldo de la silla miró como sus manos cambiaron, sus dedos desde la parte de los falanges distales hasta los mediales, su epidermis se veía quemada, dejando una muy visible línea entre la parte negra de sus dedos y el resto de sus manos que se encontraba bien.
― ¡Qué mierda! ― sorprendentemente no le dolían sus manos y podía ver sus dedos a la perfección.
"Ay, Dios esto es el colmo", una cuantas lágrimas de preocupación comenzaron a salir de sus ojos mientras veía como sus uñas también eran de color negras, pero estas no se veían del mismo material que las uñas de los seres humanos sino que se veían más resistentes y duras.
"¿Pero cuándo...?", preocupado camino un par de pasos hacia el frente, donde se encontraba su espejo en la pared, ahí se vio en este y sus manos, no era una ilusión sus dedos realmente se veían como si estuviesen quemados y sus uñas eran como las de un animal.
Con las manos alzadas buscó con la vista un pequeño lugar en su escritorio donde podía poner sus manos, con el miedo de manchar o ensuciar algo, coloco en aquella esquina de su escritorio de madera y apoyo sus dedos pensando que podría dejar manchada la madera, pero no lo hizo. Como siguiente prueba, decidió con su dedo índice de su mano izquierda rasguño el escritorio, dándose cuenta de que se llevó un pedazo de madera en su uña.
Sorprendido, alzo la mano y vio como su dentro de su uña estaba aquella madera rasgada.
En ese momento fue interrumpido pues escuchó como los peldaños de la escalera comenzaron a sonar, junto con esto, a su nariz pronto llegó el aroma del perfume que su abuela siempre usaba, confirmando que quien se dirigía a su habitación era ella.
Al terminar de subir las escaleras, la mujer decidió tomar un descanso agachándose y sujetando con su mano izquierda su rodilla izquierda, la cual, comenzaba a dolerle. Esto también fue escuchando por el niño que rápidamente tomo su chaqueta y se la puso tomando una de las sabanas de su cama para cubrir sus manos antes de su abuela entrase.
Tras dos toques, el muchacho le dijo que podía pasar.
― Buenos días, oh... Ya estás despierto.― mencionó sorprendida y alegrada de verlo vestido a esa hora del día.
― Sí, quiero iniciar la semana de la mejor manera.― hacía como que doblaba la sabana de Ben 10.
― Pero hoy es domingo.― quitó la mano del pomo y su semblante cambio a uno confundido.
― Básicamente los inicios de semana son los domingos, no los lunes...
― Oh... Bueno, el desayuno está listo, ahora si comerás tu comida caliente.
Rafael le respondió con una sonrisa a lo que su abuela salió de su habitación.
"Diablos", pensó aventando la sabana a su cama y mirando de nuevo sus manos, no obstante, se llevó una brutal sorpresa cuando se dio cuenta de que sus dedos ahora lucían normales.
Sin perder el tiempo, se dirigió hacia su buró y busco entre todas las cosas que tiradas ahí, su teléfono. Se trataba de un Motorola FlipOut, el cual, tomó y saco su teclado para poder mandarle un mensaje a su primo Ignacio.
<<Tengoquehablarcontigo>> envió el mensaje para después dejar su teléfono de nuevo sobre su buró, pero al hacerlo tiró accidentalmente su Game Boy Advanced.
― Puta madre.
Mientras que Rafael seguía en su cuarto ocupado a lo lejos a través de la ventana lo observaba un cuervo, el cual, comenzó el vuelo después de graznar.
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CRÍPTICO.
Ciencia FicciónUna noche un hombre atractivo, vestido de traje entró a un hospital con una propuesta hacia una mujer recién parida.