Konosuba: Reload Program

Capitulo 1: Nueva Axel

"No le temas a la muerte, ya que no se siente cuando llega, después de todo. Es un bello fenómeno inevitable, a lo que si debes estar aterrado es al tiempo"

Aquello no distinguía entre reyes ni mendigos, héroes o villanos.

No tenía piedad ni favoritismo, aquello avanzaba sin detenerse, erosionando las grandes murallas y suavizando en aristas las memorias de los que nos importan.

Mientras la muerte se considera una transición pasajera a algo más, este fenómeno se define más como un fin definitivo para el individuo.

El tiempo, en cambio, es la verdadera fuerza implacable, también podría decirse que es un flujo constante que arrastra todo, lo transforma y, finalmente, lo consume.

Es en él donde radica el verdadero terror, pues mientras la muerte nos ofrece un final, el tiempo se encarga de borrar todo rastro de lo que alguna vez fuimos.

Sin embargo, basta un solo cambio, una perturbación externa, un hilo que se deslice en ese flujo incesante, para que el flujo temporal se distorsione.

Lo que una vez fue sólido y conocido, puede emborronarse y diluirse. La esencia misma del pasado puede ser transformada, dando lugar a un presente distinto, un futuro irreconocible.

Ese cambio, aunque pequeño, posee el poder de alterar el curso de los eventos, de deshacer la historia tal como la conocemos, y reescribirla de formas impensables.

Es aquí donde reside la verdadera dicha: no en la muerte, sino en el tiempo, que puede cambiarlo todo, incluso aquello que creíamos inmutable.

***

Parado en medio del risco de ese valle verdoso, Kazuma no tuvo reacción alguna, solo se quedó mirando de forma anonadada a esa "Axel".

Fu~

De repente una brisa suave, casi imperceptible, acarició sus mejillas agitando su caballera ligeramente, como si el viento mismo le rodeara en un abrazo tenue.

Al levantar la vista, vio un fragmento azul que emergía de su pecho.

Era pequeño, tan frágil y transparente como una gota de agua, pero poseía una luz que lo hacía flotar lentamente frente a él.

Kazuma parpadeó, incapaz de entender al principio. Pero luego recordó:

Esa pequeña mota de cristal era lo único que había permanecido con él, cuando todos los títulos de su alma y vestigios de su línea de tiempo original, se le fueron despojados.

Sin previo aviso, la mota de cristal comenzó a alejarse de él, deslizándose suavemente en dirección a Axel.

Pero no desapareció, sino que continuó existiendo en esa "realidad," como una burbuja suspendida en el aire.

Tap*

Tap*

Tap*

Kazuma avanzaba con pasos torpes, su equilibrio pendulaba entre la inseguridad y el esfuerzo, él trataba de mantener la compostura en medio de un entorno que le resultaba cada vez más ajeno.

Tap*

Tap*

Tap*

Cada paso lo acercaba más a lo que debía ser su "hogar", aunque en la poca consciencia y cordura del momento, esa palabra parecía más una ilusión que una realidad.