-... ¿Esta es tu guarida? –preguntó Regina, echando un vistazo crítico a la sala destartalada de la mansión.
Kazuma resopló, no muy impresionado con la actitud de la diosa.
-Es una mansión, no puedes quejarte. –replicó Kazuma ante las exigencias de la diosa.
Regina rodó los ojos y se dio una palmada en la frente.
-Una guarida sin ninguna protección contra los demás programas es como... ¿Sabes qué? Mejor no quiero saber cómo has llegado tan lejos sin que te borren del mapa. –Suspiró, claramente frustrada, mientras buscaba dónde sentarse.
Trskk*
Kazuma, viéndola de reojo, chasqueó los dedos.
De inmediato, los restos de muebles rotos y dispersos comenzaron a reensamblarse solos junto a un aura carmesí, volviendo a ser lo que alguna vez fueron.
Regina levantó una ceja, reconociendo un poco el acto.
-Reconozco que tienes algo de habilidad sobre el programa. No está mal, incluso tuviste la delicadeza de no estrellarte en pleno vuelo. –dijo con un tono algo condescendiente mientras se acomodaba en un sofá recién reconstruido.
Kazuma, aún de pie, la observaba sin decir nada.
Mientras tanto, Regina, como si conociera el lugar desde siempre, empezó a rebuscar entre los cojines del sofá, sacando un control remoto. Con solo un botón, la televisión se encendió.
'... Apenas y hablamos, y ya se puso cómoda.' pensó Kazuma, irritado.
-Para alguien que estaba atrapada al lado de la sección de un fetichista, hablas bastante. –comentó Kazuma, tratando de retomar el control de la conversación.
Regina lo miró de reojo, con una sonrisa irónica.
-Antes de que me mudara al museo, una niña me liberó. –dijo, casi como si fuera una anécdota común–. Obviamente, intenté largarme, pero el estúpido herrero de su Ciudad pensó que era una hechicera y me encerró de nuevo en esa gema. ¿Puedes creerlo?
Kazuma frunció el ceño, meditando por un momento.
'... Definitivamente suena como algo que Megumin haría. Un día de estos, esa niña va a liberar un horror cósmico sin darse cuenta.' pensó con resignación.
-Lo que es peor –continuó Regina, ignorando los pensamientos de Kazuma–. ni siquiera se molestaron en saber mi nombre. Solo me pusieron: "diosa misteriosa", "deidad malvada" ... Una falta de respeto total para una existencia de mi nivel.
-Eres una diosa menor.
-Pero sigo siendo diosa.
-Odiosa. –Interrumpió Kazuma de inmediato.
Regina lo ignoró por completo y siguió cambiando canales en la televisión, claramente más interesada en lo que pasaba en pantalla que en la conversación.
«El príncipe Jatice ha defendido nuevamente su título en el Torneo de Campeones Internacionales, asegurando una victoria aplastante contra Vulkan, el temido guerrero del reino de los gigantes.
La contienda, que prometía ser un enfrentamiento épico, terminó mucho antes de lo esperado, con Jatice mostrando un dominio abrumador desde el principio. A pesar del imponente tamaño y la fuerza de Vulkan, quien fue considerado uno de los favoritos del torneo.
La batalla culminó con un solo golpe decisivo, dejando claro que el guerrero de Belzerg no solo posee habilidades excepcionales, sino que es capaz de superar con facilidad a incluso los rivales más formidables.
ESTÁS LEYENDO
Konosuba: Reload Program
FanfictionUn nuevo mundo. Una nueva familia. Viejos enemigos, amigos que ahora son simples desconocidos, y... ¿posibles aliados? Kazuma Satou se encuentra atrapado en un presente donde aquellos que una vez fueron sus amigos y lo más allegados ya no recuerdan...