Desilusión.

172 18 5
                                    

Llegó hasta donde estaba su nave, haciendo un cráter al aterrizar. Se sentía muy molesto y también triste.

No los recordaba pero tampoco parecía importarle mucho.

Quedó sentado detrás de su nave, la cual lo cubría del sol de la tarde, el cual en no mucho tiempo se ocultaría.

Había ido hasta allí para absolutamente nada. Y más que por él mismo, se sentía triste por el señor Beerus. Quizás Whis sí lo sabía y el señor Beerus se deprimió por enterarse de que su hijo no lo recordaba. Al dormir, sentiría que el tiempo no pasaba.

Pero él no podía dormir tanto.

¿Y si... él no lo sabía? Eso era peor, estaba dormido, pensando en que su hijo volvería algún día con él.

¿Qué debía hacer? ¿Cómo iba a actuar de ahora en adelante?

Por estar pensando en alguna solución, no sintió que alguien había llegado hasta él, o mejor dicho, sobre su nave.

—Bastante patético para ser una amenaza.

Vegeta:—Mira hacia arriba, viendo que el Namekiano lo había encontrado y estaba encima de su nave, viéndole desde allí—¿Qué quieres?

Piccolo: ¿Quién eres en realidad? ¿Por qué buscabas a Goku?

Vegeta: ¿Te importa?

Piccolo: Te seguí hasta la casa de ese anciano... y aproveché para asustar un poco a esos tres amigos de Goku. Eres más fuerte que él, ¿o me equivoco?

Vegeta: No lo sé. No confío en el rastreador cuando se trata de él.

Piccolo: ¿Quieres matarlo?

Vegeta: Luego de hablar con él, me lo estoy pensando.

Piccolo: Ya veo que no. No me digas que es eso del amor que llaman los humanos. Porque me da asco.

Vegeta: ¿Qué? ¡No! Es complicado, pero no es sobre eso. ¿Y tú por qué estás tan interesado?

Piccolo: Estaba probando suerte para ver si podía tener un aliado. Pero veo que no.

Vegeta: ¿Y por qué lo quieres matar?

Piccolo: Porque se interpuso en mi tarea de ser el rey de este planeta. El maldito tuvo el descaro de dejarme vivir para poder reírse de mí. Odio su falsa empatía y amabilidad, es tan odioso.

Vegeta: También pensaba eso. Lo sigo pensando.

—Es un bonachón de lo más insoportable—Dijeron los dos.

Piccolo: Aunque seríamos buen equipo, creo que esto no te gustará—Muestra detrás de su capa.

Vegeta no podía ver, así que se tuvo que poner de pie.

Vegeta: ¡¿Oye, qué hiciste?!

El pequeño bebé de Goku estaba allí, encima de su nave.

Piccolo: Quería divertirme un poco. Adiós, te dejo al niño. Vive en las montañas de allá—Apuntó a unas lejanas montañas que apenas y se veían.

Salió volando, dejando a Vegeta con los insultos en la boca.

Vegeta: ¡Vuelve aquí, Namekiano! Agh...

Gruñó, ese Namekiano lo estaba metiendo en problemas.

Flotó un poco y tomó al pequeño en sus manos con cuidado.

Vegeta: ¿Y ahora qué hago contigo?

"Vive en las montañas de allá"

Vio hacia donde le había indicado el Namekiano.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 26 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi papá, el Dios de la destrucción 《Goku y Beerus》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora