La Secundaria Szürke

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Cap. 29

La Secundaria Szürke... ¿En qué tanto se diferenciaba con la secundaria Salvaje? Tal vez la majestuosa jungla que rodea a la última, llena de vigorosidad, llena de vida reemplazada por maquinaria gris y monótona en un campo desértico y frío, la tensión que rodeaba a los jugadores de una forma exquisitamente asfixiante cuando el desinterés y algarabía de los chicos salvajes se reflejaban en sus ansias de la sonrisa de la diosa de la victoria, o tal vez el capitán de cada equipo, pasando de ser un chico de corazón vehemente y aventurero, capaz de irradiar alegría con su sonrisa a no más que un simple androide apenas capaz de expresar mínimo sentimiento con un rostro de metal. Ambos objetivos tan diferentes, con un fútbol tan diferente, como si el destino apremiara la peculiaridad de aquellos que se enfrentan contra la secundaria Inti.

Aunque, siendo concisos, el colegio del sol tampoco era un equipo del cual se hablase más allá de que le ganase de una forma terriblemente humillante al Área 51, el instituto líder que no había perdido un solo partido en más de cuarenta años y era el número uno a nivel nacional gracias al torneo Paso del Rey, y aparecían ellos, un grupo salido de la nada con la suerte suficiente para plantar cara al espeluznante número uno ¿Se imaginan? Un total misterio para los demás colegios dentro del mundo del fútbol juvenil, y es por eso que tenían espías, admiradores, e incluso amenazas... lo que no sabían, es que la secundaria Inti tan solo era un grupo de lunáticos con mucha suerte, manuales secretos, y espíritu.

¿Pero fuera de este mundo de pasiones? Seguían siendo unos completos perdedores, como en su colegio, en el cual ni siquiera sus profesores reconocían su existencia. ¡Ja! Y el club de fútbol se reía de la fama, a estos chicos no les interesaba en lo más mínimo algo tan poser e hipócrita. Hablaron de esto en el camino, un páramo gris y desolado, el señor Jorgito, conductor asignado, tragó saliva, nunca le había gustado pasar cerca de ese colegio tan... gris. Con suerte, las risas de los latinos en el bus lo hacían distraerse, aún así, algo abrumado cogió sus audífonos y reprodujo lo primero que salió en la radio, suspiró con melancolía, pasar por esos sitios le traía malos recuerdos.

-No tiene la dulzura de tus besos, tampoco la ternura de tu amor – cantó por lo bajo, tarareando la melodía, miró por el espejo retrovisor al profesor Huáscar recostado en el ventanal, y entonces recordó, Atahualpa no había podido ir al encuentro. Es el director, tiene otras responsabilidades, pensó desinteresado, tampoco le tenía que importar mucho – Ahora nada soy, sin tu cariño, nada soy...

Una vez llegaron al colegio los minutos pasaron rápido, los alumnos eran igual de grises que el colegio, los profesores, los directivos, incluso el equipo de fútbol completo se veía más temible que solo Holanda y Suiza. ¿Las instalaciones? Eran igual o peor de muertas por dentro que por fuera, ni una pizca de color más que la escala de grises, como una partitura sin matices en una escala modal, le faltaba el tono mayor para alegrar la melancolía que causaban las escalas menores, y eso daba miedo, pero más que miedo, generaba una tristeza profunda en sus corazones.

Estaban tan solo a unos minutos de iniciar el partido, las antenas rodeaban al campo se veían tan inhumanamente relucientes como cada cosa que se encontraron al llegar a aquel reino de la soledad, incluso el gras se notaba más sintético que de costumbre, todo se veía horriblemente sintético, a ese punto cómo extrañaban la vida de la secundaria Salvaje... pero no era algo con lo que no pudieran lidiar, habían visto cosas mucho 6peores que esa. Perú recordó la vez que él y Chile se colaron en el Distrito Norte, la primera y única vez que fueron al hogar del mexicano, una pequeña casita de madera prefabricada, un rinconcito lleno de ruido, color y sabor rodeada de mansiones residenciales tan pútridas, como si en ellas reposaran personas muertas. Así se sentía él y el Inti en ese instante, un circulito colorido rodeado por el vacío infinito. En ese contexto, vio la cabellera pelirroja del holandés y la azulina plateada del suizo entre tantas marrones, negras y grisáceas, se veían irónicamente divertidas.

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⏰ Última actualización: Aug 25 ⏰

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