Tonto e Impulsivo

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Cap. 26

En algún lugar de un páramo vil y desolado, donde las tinieblas bañaban el remordimiento de los caídos y los surcos callaban su canto, en algún lugar donde la vida no tenía significado alguno y la muerte acechaba al más puro de los inocentes, en algún lugar de tierras frías y distantes, en un país inhóspito donde la oscuridad gozaba de dueño, no más lejos de las mazmorras sollozantes donde se guarda el secreto sepultado de algunos llantos prohibidos, en algún lugar de aquel gran país se levantaban los cimientos del un imponente edificio, tan latoso como excelso, divulgábase por lenguas bífidas que lo que realmente reinaba en aquel instituto no era más sino la muerte misma, no muy lejos de la realidad estaban. Quien pudiera imaginar tan siquiera la posibilidad de que en aquel purgatorio muerto en vida habitase un edificio gris, frívolo, en sintonía perfecta con aquel desolado páramo, tan colorido como el abismo, casi pareciese la facultad de ingeniería, igual de monótona, igual de muerta; pues en los cimientos más oscuros tapados con el polvo del desgastado asfalto se podía relucir en lo que relucir podría caber, un letrero tan plúmbeo como la ceniza, y en él, una inscripción tallada por manos esclavas.

"Secundaria Szürke"

Se divisaba a la lejanía dos figuras, dos sombras del abismo marchito que alojaban en aquella secundaria, dos entes aquellos que escapábanse muertos de lo que se consideraría un término banal, mas quejumbroso aún así en sus fauces sollozantes, humano... ¿Tan si quiera eran humanos? La respuesta era tan clara cual lago cristalino en bosque de papel y tinta, tan gris, tan monótona... pues aquello superaba los límites de la misantropía. Dos jóvenes se podría considerar en los vocablos más simples aunque fehacientes a primera vista, cuyo uniforme monocromático, tal vez simplista en la vanguardia, que tan solo terno, camisa, corbata y pantalón gris era suficiente excusa para explotar al cortisol, ni si quiera Shuji Kitamura, más como Ciento Uno conocido, habría sido capaz de atreverse a tan vil ofensa. Sin embargo, peculiar e incluso me atrevería a decir satíricamente, el singular cabello pelirrojo del primer joven contrastaba de forma abismal con el cementerio a su alrededor, y a su lado, otro joven de pie en la penumbra de cabellos azulino metálico y luces amarillas daban un aire efímero de pudiente normalidad, ambos con un rostro tan arisco, sin el sabor necesario o exigente de emoción alguna, sin un pensamiento en particular que expresen o no inquietud, sin un pensamiento en particular que exprese o no algo en concreto. Una voz, no obstante, interrumpiría la eterna afasia que reinaba aquella noche de luna llena, así mismo en los cimientos más tristes de esa secundaria deprimente, los dos jóvenes de inmediato dirigieron sus rostros a la dirección proveniente de aquel habla, como si fueran los únicos frente al gran campo de batalla a sus espaldas, encontrándose no más sino con aquel cuyos sueños habían muerto desde hacía mucho tiempo.

-Hello, soccer androids - retumbó el eco en el cementerio, ambos jóvenes voltearon a ver el origen, sin curiosidad, sin sorpresa, sin cinismo, encontrándose de primer plano a un misterioso chico de apariencia rubia y alta recostado en un árbol robusto, completando él la cuarta forma de vida presente en aquellas fauces. Vestía ropa informal y una socarrona sonrisa adornaba su rostro, casi haciéndose oda de sus blanquecinos dientes, su mirada hacia el suelo y, como cereza del pastel, un tono de voz siempre burlesco - Don't you plan to take a look at Inti High School?

- Usa... från område femtioen / del Área cincuenta y uno - vocalizó el más bajo sin despegar los ojos del intruso, al igual que su compañero, como si lo recién dicho o el pseudónimo no le importasen en lo más mínimo

- Het zou niet logisch zijn, wij hebben een informatievoordeel ten opzichte van hen / No tendría sentido, tenemos ventaja de información sobre ellos - respondió el de mechones naranja, observando fijamente al estadounidense con su peculiar mirada ofuscante, siendo aquella conversación la única que terminaba con la eterna afasia de aquella secundaria.

Alma para conquistarte // UsperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora