10. En el palacio de Dainsleif

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Al día siguiente de haber bebido, los cuatro jóvenes parecían gente totalmente distinta. Sus cansados rostros delataban la fiesta que habían montado la noche pasada, pero no sufrieron ningún tipo de castigo.

Además de eso, el peliblanco y su amigo hablaron sobre lo ocurrido, llegando a la conclusión de que aquel beso no significaba nada extraño sobre su amistad. Seguían siendo amigos, aunque se sentían cada vez más cercanos. Eso era algo que necesitaban entre tantas desgracias.

Tan pronto como se dieron cuenta, el fin de semana había acabado y Kazuha y Heizou debían volver al colegio. El peliblanco se sentía aterrado por aquello por culpa de Venti, pero, al menos, no veía a Tartaglia en la escuela.

Además, vería a Scaramouche. Eso siempre lo emocionaba.

Justo al entrar en su clase a primera hora de la mañana, ambos amigos sabían que algo andaba mal. Sus compañeros estaban demasiado alborotados y, lo más impactante, parecían murmurar algún que otro secreto tras mirar fijamente a Kazuha.

Este se dirigió a su mesa lo más tranquilamente que pudo y, a los pocos segundos, su amigo ya se había acercado a cierta muchacha de cabello verde.

—Kazuha —una voz femenina sacó al peliblanco de su mente, haciéndole desviar la mirada de una de sus libretas—. ¿Podemos hablar?

—Oh, ¿me lo dices a mí? —se señaló a sí mismo, confundido. Le extrañaba que aquella chica le hablase, puesto que jamás habían intercambiado una sola palabra—. Eres Ayaka, ¿no?

—Sí —respondió la de cabello celeste, a la vez que movía su cabeza. No parecía muy feliz sino, más bien, preocupada.

La muchacha lo llevó hasta un rincón de la clase, alejándose de donde estaban anteriormente.

—Kazuha, ¿por qué hablas con Scaramouche?

—¿Cómo? —el pobre chico no entendía nada de lo que ocurría.

—¿No es obvio? No es bueno.

—No te entiendo. ¿Puedes explicarme qué está pasando? Hay alguna razón por la que nadie habla con él, ¿verdad? —Kazuha se empezaba a ver molesto. Odiaba que todo el mundo ignorase a su amigo sin razón alguna.

—¿No lo sabes? Scaramouche es… —observó al mencionado antes de seguir hablando y, a continuación, bajó el tono de voz considerablemente—. Él es caníbal.

—¿Perdón?

La expresión de Kazuha quedó totalmente estática, sintiendo cómo su cuerpo era incapaz de moverse. Se negaba a creer tal cosa de Scaramouche. Quizás Ayaka se lo había inventado todo.

Sí, tenía que ser eso.

—¿P-por qué lo dices? —la interrogó el peliblanco.

—Todo el mundo está hablando de él, ¿no lo sabes? —la chica se veía preocupada. Bastante—. Dicen que han visto restos humanos en la escuela y que Scaramouche ha sido quien los ha dejado ahí. Además, él es caníbal. Todas sus novias lo han dejado por eso, le tenían miedo. Y no es el único, ¡resulta que viene de familia! Será mejor que no te acerques a él, ya hay muchos que están hablando mal de ti por estar a su lado y…bueno…estaba preocupada por ti, no quiero que te traten así.

Kazuha sudaba de lo nervioso que estaba. Echó una rápida mirada a lo largo de sus compañeros, esperando encontrar a Venti entre ellos.

Estaba ahí. Lo estaba mirando.

Al percatarse el de trenzas que el peliblanco lo estaba observando, le dedicó una siniestra sonrisa que hizo al otro querer vomitar. Se sentía asqueado de tener cerca suyo a alguien capaz de cometer tales atrocidades como las que había cometido.

¿Dónde Estás? [Kazuscara/Scarakazu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora