13. En el hospital

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Sintiendo cómo las gotas de sudor, causadas por los nervios, caían por su frente, Scaramouche permaneció un par de segundos mirando a la nada. Dentro de su cabeza, debatía si era mejor correr detrás del pelinaranja o parar unos segundos a socorrer a Kazuha.

Tenía miedo de verlo, observar detalladamente las desastrosas condiciones en las que se encontraba. No tenía duda de que jamás sería capaz de olvidar tal situación.

Finalmente, soltó un suspiro, giró su cabeza y se encontró con un Kazuha totalmente agotado. Su expresión gritaba “ayúdame, por favor”.

Muriéndose de lástima, le dedicó una mirada reconfortante y salió de la habitación, esperando acabar con la vida del pelinaranja. Debía hacer justicia para su amigo.

No iba a dejar que Kazuha siga viviendo en el mismo planeta que alguien como Tartaglia.

. . .

Tan pronto como llegó a la cocina, el pelinaranja se dirigió hacia el cajón de los cuchillos. Una vez ahí, ya podría acabar con los tres jóvenes que había en su casa. No podrían escapar.

Posó una mano sobre el mango del cajón y, al tirar de este, se sorprendió al completo.

No se abría.

Siguió insistiendo, haciendo el máximo de fuerza que podía y dándole golpes a aquel mueble.

Nada.

—No te muevas.

Scaramouche, apuntando a Tartaglia con un cuchillo, le habló con un tono amenazante. Había rabia y odio en sus palabras.

—¡Ja! Has bloqueado el cajón, ¿eh? Yo también sé jugar, pequeño —el pelinaranja giró lentamente su cabeza hacia el joven, haciéndole sentir aquella intriga de las películas de terror. Además, su siniestra sonrisa provocaba escalofríos. Había enloquecido—. En cuanto arrebate ese cuchillo de tus manos, podrás ir despidiéndote de tu corta y cruel vida. He cerrado la única puerta de este piso. Qué pena que me haya tragado la llave. Podré sobrevivir unos días con vuestra carne, así que no me hará falta salir a la calle.

Tras aquellas palabras, soltó una alegre sonrisa. Parecía mentira que estuviera siendo amenazado con un cuchillo.

—Puto violador… ¡estás loco! —Scaramouche alzó el tono de voz, sintiendo cómo su sangre hervía de rabia—. ¡Te voy a cortar los testículos aquí mismo! ¡No vas a volver a tocar a Kazuha en tu jodida vida!

Tartaglia sonrió al escuchar aquello.

—Hazlo si puedes.

A continuación, corrió hacia el mejor y trató de quitarle el arma, recibiendo un ligero corte en su brazo izquierdo. Parecía, incluso, disfrutar el dolor.

Scaramouche se estremecía de repulsión.

Rápidamente, el peliazul dio un paso hacia atrás, alejándose del mayor para no perder el cuchillo de sus manos. Aprovechando el momento oportuno, trató de atacar sus piernas.

Tartaglia captó su objetivo. Scaramouche quería evitar que huyera.

El menor realizó varios ataques que fueron esquivados, a la vez que él también trataba de evitar los golpes que el pelinaranja intentaba dar contra su estómago.

Tal era la concentración que ambos tenían en ese momento que ni siquiera se dieron cuenta de la presencia de Heizou, quien había sido despertado por los gritos de Scaramouche.

Presenciar una escena como aquella no era algo que esperase ver aquella noche, pero sabía que algo había pasado. Algo con Kazuha. Él no estaría solo teniendo a los demás en casa.

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⏰ Última actualización: Sep 21, 2024 ⏰

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