Capitulo 43 ✞︎Fetiche✞︎

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༒︎

𝐒𝐋𝐀𝐕𝐈𝐊

Me levanto, desparramo mi cabello y me levanto de la cama para ducharme. Duró unos minutos, luego salgo y me coloco una toalla alrededor de mi cintura. Busco algo cómodo para adaptarme al clima.

Otro por una camisa blanca y un pantalón negro suelto. Me miro en el espejo y estoy perfecto, hermoso e irresistible. Dejo mi cabello desordenado, me hecho mi perfume y me coloco mi Rolex.

Desayuno rápido, sin tocar nada de los preparativos que tengo preparados. Tomó la llave de mi auto y salgo a buscar a mi sol. Tengo que encontrarla cuanto antes. No debe estar lejos porque la isla no es tan grande y pagando a algunas personas puedo encontrarla mucho más rápido.

Frente a un local donde está uno de mis hombres que vive en esta isla y seguro tiene la información que busco...

—Peter— le habló al hombre que trabaja para mí desde hace años; él me ve y hace una leve inclinación de cabeza.

—Señor, ¿qué lo trae por aquí? —pregunta confundido.

—Estoy buscando a mi mujer —informó, sacó mi móvil de mi bolsillo y le enseño una foto suya— ¿La has visto estos días por aquí?

—Ah, esa mujer —quiere sonreír, pero no lo hace relucir porque lo mira amenazante y se tambalea volviéndose serio. — Sí, señor, se ha llevado algunos rumores y halagos, debido a su belleza y la elegancia que porta, señor.

Sí, mi sol es precioso y muy elegante.

—Sin duda es hermosa, mi mujer —recalque neutro— ¿Sabe dónde se hospeda?

—Señor, la información que me llegó es que la señorita tiene un condominio aislado, más alejado a las demás aldeas y cabañas, mi señor.

—Okey —dije para salir y buscar el condominio de mi sol.

Manejo por la pequeña carretera que ya está llena de personas con sus cosas, vendiendo de todo. A un lado están los bares y del otro lado la playa. Dejo de mirar, viendo mi camino. Un cuerpo que conozco a la perfección al lado de la carretera, caminando a la playa, se me hace conocido.

El corazón se me acelera, identificandola. Aparco aún costado, importandome una mierda a las personas que se quejen. Me quitó la gafa negra y bajó de mi auto caminando a zancadas grandes hacia ella, queriendo llegar lo más rápido posible. Con mi corazón latiendo a millones de segundos.

Por fin la encontré, mi sol, mi printsessa.

Corro detrás de ella. La abrazo por la espalda. Elia intenta apartarme con una defensa que no va conmigo porque soy el triple de fuerte que ella y es raro que no le funcione como antes. Aunque nunca le funcionó conmigo.

La hago mirarme, su hermoso rostro se sorprende y sus preciosos ojos tienen un brillo más bonito y fuerte; es diferente. Estos me intimidan más que antes, envolviéndome con ella y alrededor todo desaparece. Sus ojos dorados están más vivos; como la llama del fuego que jamás se puede apagar, ahora me están quemando de la forma más increíble y estoy dispuesto a quemarme toda mi vida. Me quemaré las veces que me apetezcan y eso va a ser toda mi vida.

—Mi amor —la sostengo de sus hombros, beso su mejilla y tiene su cara de haber visto un fantasma—. Te extraño.

—Mierda —su rostro se vuelve pálido, sus ojos se cierran perdiendo el conocimiento y la sujetan de la cintura.

La tomo en mis brazos, y al llegar a mi auto la acomodo en el asiento de acompañante y manejo rumbo a la casa de playa.

En minutos llegó y estacionó a un costado. La alzó en mis brazos, adentrándome a mi casa. Subo las escaleras a mi habitación. Abro la puerta y me acerco a la cama y la recuesto sobre ella.

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora