¿Qué le digo a mi abuelo? ¿Cómo abordo esto? Sé que habrá cierta fricción sobre este tema, así que tengo que encontrar la mejor manera de enfocarlo antes de siquiera empezar.
Quiero que me deje ir a la casa de Becky.
No estoy segura de estar lista para que ella venga a nuestra casa aún. No estoy segura de que esté preparada para que vea cómo vivo. Además, no tengo ni idea de cómo mi abuelo trataría a alguien que no tenga más de setenta años entrando a nuestra casa. No es que tengamos invitados muy a menudo.
Me espera en la puerta dos minutos después de que suena la campana. Tengo cinco minutos para recoger mis cosas del casillero y reunirme con él allí. Generalmente, guardo mis cosas durante el descanso entre mis dos últimas clases para no tener que preocuparme demasiado después. Paso dos minutos asegurándome de que mi ropa y mi cabello estén en orden y no parezca que "el gato me arrastró hasta aquí".
—¿Cómo estuvo tu día? —me pregunta mientras nos alejamos de la escuela.
—Fue bien, gracias —respondo formalmente. No tengo que ser formal, pero sí debo ser gramaticalmente correcta y, al final, se convierten en lo mismo.
—Muy bien. —No me está prestando atención. No del todo, al menos.
—¿Señor?
—Hmm.
Lo miro.
—Hoy nos dieron un nuevo trabajo en la clase de historia.
—¿Ah, sí? —Ahora he captado su interés. Le gusta la historia. Es una de las pocas cosas que realmente podemos compartir y disfrutar juntos—. ¿Sobre qué tema?
—El siglo XVII —respondo. Ese fue el período que nos asignaron a Becky y a mí. Estaba emocionada; es un siglo bastante interesante.
—Bueno, es un tema bastante amplio.
—Sí, señor. Creo que debemos ser más generales que específicos. Tenemos que cubrir los desarrollos en todos los continentes.
—Vaya, eso será bastante interesante —comenta, y sé que he acertado cuando ajusta sus gafas de montura de alambre.
—Dado el enorme volumen de trabajo que tenemos que abarcar —respiro hondo—, es un proyecto en grupo.
Mi abuelo no dice nada, pero lo miro de reojo y lo veo fruncir los labios. Espero un rato, con la esperanza de que diga algo, pero lo único que obtengo es un pequeño gruñido ambiguo que podría significar cualquier cosa o nada.
—Estamos en parejas —añado, tratando de avanzar.
Él permanece en silencio. No tengo idea de cómo seguir. A pesar de haber vivido con él casi toda mi vida, todavía encuentro a mi abuelo completamente inescrutable. Por lo que sé, simplemente no tiene nada que decir, o quizás esté a punto de lanzar una diatriba contra el sistema escolar.
Llegamos a casa y me quito los zapatos, luego subo las escaleras para dejar mi mochila en mi habitación. Me daré un poco de tiempo antes de hacer mi próximo movimiento.
Abajo, en la sala polvorienta que apenas usamos, está mi atril y mi violín. Una hora al día paso en esta sala, pero fuera de ese tiempo, casi nunca se le presta atención. Aunque no lo creas, adoro mi violín. Mis lecciones son lo que más me gusta porque esos días mi abuelo me deja en paz. Mi profesor es un anciano encantador que cree que soy su mejor alumna porque, de hecho, practico.
Hoy es jueves, y por lo tanto, es día de lección. Todos los otros días dedico este tiempo a practicar escalas y las piezas que el señor Jarujinda me ha asignado. En esas ocasiones, mi abuelo se queda para escucharme tocar, señalando dónde cree que estoy desafinada y diciendo cosas tan útiles como "¡Con más vigor, Freen!" o "Más precisión." Hoy, sin embargo, tengo una hora sin la presencia de mi abuelo, tiempo en el cual escucho al señor Jarujinda divagar sobre sus piezas favoritas mientras intento aprender algo nuevo.
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Precious Things - Freenbecky
FanfictionFreen vive con su abuelo, cuyas costumbres son anticuadas y a veces brutales. _____ Adaptación Freenbecky. Historia original por ©clomle44 El trabajo de traducción es de mi parte.