Precious Things - Freenbecky

Capítulo 34

Lo único que quiero hacer es salir corriendo y gritando.

Afortunadamente, creo, el beso dura solo un segundo antes de que me aparte, horrorizada. Primero, estamos en el maldito patio de la escuela, y segundo...

¡Dios mío, Ratree me besó!

Puaj.

Consigo tartamudear y alejarme de él. —Eh... uh...

Él parece un poco culpable.

—No puedo —logro decir. Mi corazón late con fuerza, pero no de la manera buena.

—Ah...

Ahora me siento mal. Ratree siempre ha sido amable conmigo. Es un chico bueno, soltero, y categóricamente no quiero salir con él. No tiene ni idea de que estoy enamorada de su ex, y ¿por qué debería saberlo?

—Lo siento, Ratree —digo, con sinceridad—. No hay forma de que mi abuelo me deje ir al baile de graduación, mucho menos con alguien. —Le doy una palmadita en la mano. Es un poco incómodo—. Pero de verdad me conmueve que me hayas invitado.

—Ah... —Ahora parece un poco menos triste—. ¿No hay ninguna posibilidad?

Sacudo la cabeza.

—Ratree, mi abuelo no me deja salir sola ni del patio. No va a dejar que vaya a un baile no supervisado con un chico.

Él sonríe por eso.

—Lo entiendo. Eh... —Se ve nervioso—. Si solo es porque no quieres venir...

—No lo es —medio miento. Quiero decir, no quiero ir al baile con él, pero lo de mi abuelo es verdad. Es solo que, por una vez, es conveniente en lugar de molesto.

Cuando se va, decido categóricamente no mencionar ni el beso ni la invitación a Becky. Conozco a mi chica, no lo tomaría bien. Y no puedo evitar pensar en ella como mi chica, aunque se niegue, tajantemente, a hablar de ese beso.

Cuando me alejo del patio, me golpea otro pensamiento. ¿Y si él... y si me vuelve a besar? Quiero decir, le hice parecer que solo mi abuelo era lo que me frenaba de estar con él.

Puaj.

De verdad no quiero volver a besar a Ratree. Tendré que dejarle claro que no. Intentaré hacerlo con suavidad.

Justo cuando está por sonar la campana, me encuentro con Becky.

—Oye, Sarocha, ¿sabes qué le pasa a Ratree?

—Eh, no, ¿por qué? —Es la primera vez que le miento.

—Bah, pasó por aquí con cara de estar molesto.

—Oh...

Maldita sea, odio mentirle.

—Bueno, ¿qué vas a hacer este viernes? —me pregunta.

—Eh, nada, lo de siempre. ¿Por qué?

—Hay una fiesta... ya sabes, por el final del curso y todo eso.

Me pongo seria de inmediato. Por fin, una invitación que de verdad me gustaría aceptar, y, sin embargo, sé que no puedo.

—Oye, puedo hacer que mi madrastra te invite a una pijamada por el final del año —Becky sonríe—. Tu abuelo no tiene que saber sobre la fiesta.

Ella de verdad piensa en todo. Solo tenerla enfrente ha borrado completamente los últimos diez minutos horribles de mi mente, gracias a Dios. Pero aún así, no creo que funcione.

La miro escéptica.

—Confía en mí, Freen —me asegura.

—Beck... es que... mi abuelo no nació ayer. Tarde o temprano, se va a cansar de que Prae sea la que haga las llamadas por ti.