🎋𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒. 𝐑𝐞𝐧𝐜𝐨𝐫 𝐈𝐈🎋

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Luo BingHe abrió los ojos lentamente, no se dio cuenta cuando dejó que el sueño se apoderara de él, estaba sentado en uno de los pequeños asientos del balcón, aún con la vista del enorme bosque de bambú frente a él.

—Tal vez debería quemar este bosque también...

Unos golpes en la puerta detuvieron abruptamente el flujo de pensamientos de su mente. Se levantó para dirigirse a la entrada y abrió lentamente la puerta, aún no había pasado ni una hora de que la sesión había terminado, ¿qué más podría querer de él ahora?

El sirviente delante de él tenía un aspecto elegante pero temeroso, era un joven de cara aniñada, cuyos ropajes de colores rojos oscuros quedaban grandes a su cuerpo pequeño. Temblando como un ratón minúsculo, se presentó y saludó torpemente por el nerviosismo que inundaba su persona.

—Su Alteza, lamento importunar en sus aposentos. Ha llegado una carta del General Mobei-Jun con entrega urgente —El sirviente realizó una reverencia rápida mientras extendía la misiva con ambas manos hacia el Emperador—. La información que se me proporcionó fue que llegaría entre los días de mañana y pasado por la frontera sur.

El general Mobei-Jun, líder de las Tierras Frías del Norte, fue el primer noble en jurar lealtad a BingHe tras la toma del control del reino demoníaco. Desde entonces, ha sido un valioso aliado en las invasiones al reino humano, comandando uno de los ejércitos más poderosos del territorio. Sin embargo, su habilidad como militar contrasta con su total falta de habilidades sociales y su carisma nulo. Mobei-Jun encarnaba a la perfección su título, mostrando una actitud fría y seca tanto en su postura como en sus palabras.

Habían acordado reunirse un mes después para informar sobre los avances y el control de las tierras humanas, así que la sorpresa por su repentina llegada no puede describirse con palabras.

El día pasó rápidamente, y más tarde que temprano, recibieron con brazos abiertos y gustosos al demonio y a todas sus tropas que lo acompañaban.

—¡Me da mucho gusto verte!

La voz alegre de BingHe resonó por la gran sala donde todos estaban reunidos, pero Mobei-Jun sólo atino a hacer una reverencia rápida e indicarle con un movimiento de cabeza que debían de hablar en privado, en la sala conjunta.

—Tanto tiempo ha pasado y ni siquiera soy digno de unas simples palabras de tu parte —Sus palabras, cargadas de sarcasmo, venían acompañadas de una mueca de hastío y un gesto de desdén al rodar los ojos. —Que encantador.

Siguió al otro a la habitación contigua, dejando que los sirvientes atendieran al resto de personas en el lugar.

—...Hay rumores de que estás intentando encontrar una forma de revivir a cultivadores, ¿los usarás como tus sirvientes o guardia personal?, ¿o hay alguien a quién quieres traer de regreso?

Y ahí estaba, el poco tacto que tenía este hombre para tratar los temas por más delicados que fuesen.

—Es solo un pequeño experimento personal, nada de lo que preocuparse. Solamente he estado reuniendo viejos libros sin importancia, y sé que es solo una teoría, pero quería investigar más profundamente en caso de que haya alguna información que pueda ayudarme en mi día a día.

—... Fuiste el responsable de acabar con su propia vida y ¿ahora quieres traerlo de regreso?, no comprendo la lógica que se desarrolla en tu cabeza.

—...

—Algunos cultivadores errantes están causando revueltas y problemas en varios sectores importantes, se cree que algunos de ellos pertenecían a la Antigua Secta de La Montaña Can Qiong. Creí que te habías desecho de la mayoría de ellos, al menos de los importantes.

La expresión de BingHe se convirtió en una de molestia y cansancio, «Entonces, las pequeñas escorias de verdad eran más importantes de lo que pensaba.»

—¿Y qué importa si estoy tratando de regresar a alguien?, ¿y si esos cultivadores pertenecían a mi antigua secta?, ¡No importa nada!, son solo cucarachas que se interponen en mi camino pero que es fácil deshacerse de ellas. No entiendo por qué tanto alboroto.

—No importaría si fuese un simple experimento para mejorar tu fuerza y estrategia, pero estás dejándote llevar por tu sentimentalismo. Tanto tiempo estuviste peleando para acabar con su existencia, y cuando finalmente pereció, ¿Quieres traerlo de regreso a la vida? —En la voz del demonio se percibía un matiz de acusación—. Lo que pase en tu maldita cabeza me es indiferente, pero lo que no es, es el hecho de que estos "cultivadores" saben lo que estás haciendo, están atacando zonas específicas para colarse por los puntos débiles del reino demoníaco. Si ellos saben eso implica que...

La figura imponente de Luo BingHe salió de la habitación hecho una fiera, con pasos firmes y rápidos llegó hasta donde parte del consejo se reunía en sus actividades diarias. Tomó al primer sirviente desafortunado que se cruzó en su camino, sosteniéndolo de su túnica lo levantó algunos centímetros del suelo, y usando una voz grave y demandante sin mirarlo pronunció:

—Trae a todo aquel que haya estado en el Mausoleo antes, y en las últimas tres sesiones de vigilancia. Si no están aquí antes de que se ponga el sol yo mismo te colgaré de los pulgares en la torre más alta y te daré de comer a las arpías del lago.

El pobre hombre salió despavorido llamando a algunos de los otros sirvientes y tratando de completar la tarea encomendada lo más rápido posible.

La sala había quedado en silencio luego de ver que su Soberano había entrado sin anunciar. Luo BingHe observó a todos con una cólera contenida que se reflejaba en sus ojos escarlatas y así en ese estado, el joven mediador de la sesión anterior se acercó para preguntar

—Su Alteza, ¿todo se encuentra en orden?

—Por supuesto, es una simple... inspección de último momento —Continuaba sin mirar a la persona con la que mantenía una conversación—. Parece que tenemos... a un pequeño informante.

La sonrisa que se dibujó en su rostro distaba mucho de ser amable y las personas a su alrededor sintieron un escalofrío por todo el cuerpo. ¿Quién en su sano juicio se atrevería a desafiar a aquel que había masacrado a cientos de personas de todas las razas que se negaron a arrodillarse con él?, ¿que poseía una espada capaz de cortar y desmembrar todo lo que se cruzara en su camino y que incluso los rumores decían, había arrancado su propio corazón para dárselo en un tipo de ritual de sacrificio para aumentar su poder?...

Debía estar loco, pero no más que su propio Junshang.

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