🎋 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟐. 𝐌𝐚𝐧𝐬𝐢ó𝐧 𝐐𝐢𝐮 𝐈 🎋

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Qiu Jianluo era el heredero de la fortuna y nombre de los Qiu. Y como cualquier noble joven, estaba siendo instruido para convertirse en el cabecilla de la familia. Había optado por llevar su educación en la hacienda de verano de la familia, ubicada en un tranquilo pueblo con gente agradable y bastante dócil, o al menos la mayoría de ellos.


Existían solo dos cosas que Qiu Jianluo no toleraba: que alguien lastimará a su hermana menor, Qiu Haitang y que se atreverían a ensuciar su vista con deplorables apariencias, más específicamente, de aquellos "más necesitados".


Cuando el chico frente a él decidió ignorar su orden de apartarse, su ira se desató sin control. Se sentía frustrado y molesto por la falta de respeto. Sin embargo, al reflexionar sobre lo que había sucedido, se dio cuenta de que, a pesar de todo, no se arrepentía de tener que lidiar con personas problemáticas. Al final, había conseguido algo que realmente valía la pena.


Jiu se había convertido en una especie de alivio mental y físico para él, su pequeño juguete con el cual descargar frustraciones a través de golpes y un pequeño discípulo al que enseñaba escritura y contabilidad. Esto último resultado de ver el buen potencial que el chico tenía aún siendo alguien que provenía de las calles.


Sentado frente a él, Jiu mantenía la cabeza baja arrodillado, escuchando atentamente las razones por las cuáles según su "amo", se había portado mal. Los latigazos en su espalda escocían y al rozar con la tela de su túnica provocan pequeñas laceraciones que lo estremecen. Sus manos sobre sus muslos, rogando a cualquier Dios que el hombre frente a él finalmente cerrará su boca. Puede que fuese su sirviente, pero eso no significaba que sintiera algún respeto hacia él, aún así los años le habían servido para cuidar su afilada lengua, y tener un rostro estoico ante las adversidades que le presentará su amo.


—Mi querido Jiu, ¿cuántas veces debo repetirte que si yo digo que tú lo hiciste, es porque tú lo hiciste y no me debes contradecir? —Otro fuerte latigazo rompió el aire impactando en su espalda. Y aun así, Jiu nunca emitió algún sollozo o llanto.


—Lo siento, maestro. —El golpe llegó aún más rápido que el anterior, clavando sus uñas en sus propias piernas para soportar el castigo.


—Un "lo siento" no es suficiente para este maestro, Jiu. Me dejaste en ridículo ante todos. No puedo permitir que esa falta vuelva a suceder. Pensé que después de todo este tiempo, habías dejado de ser esa pequeña escoria de la calle... —Antes de que pudiera tensar de nuevo el látigo, la voz de su hermana se escuchó en el patio del al lado.


—¡¿A-Luo?!, ¿dónde estás? —La dulce voz de Haitang se escuchaba cada vez más cerca, hacía relativamente poco que había llegado a la mansión, sus padres la habían enviado junto a su hermano con el fin de que ella también aprendiera acerca del trabajo de la familia. Eso, y la extraña insistencia del hermano mayor por tener a su "hermana más de cerca". Desde entonces los castigos hacia Xiao-Jiu se habían reducido bastante por la presencia de la fémina en la casa.


Sin perder el tiempo, Jianluo sujetó fuertemente el cabello de Jiu levantando su rostro para que sus miradas se cruzarán.


—Una sola palabra, un gesto o una señal de esto y te romperé ambas piernas, ¿entendiste?


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