🎋 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟔. 𝐂𝐚𝐦𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐏é𝐫𝐝𝐢𝐝𝐚 🎋

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Los años transcurrirían a una velocidad sorprendente. Luo BingHe había demostrado ser un discípulo con un talento innato. Para Shen QingQiu, el trasfondo familiar de su estudiante no tenía relevancia; ni siquiera se molestó en indagar de dónde venía el chico. Lo que realmente le irritaba era ver cómo BingHe siempre estaba sometido al yugo de los estudiantes mayores.


Con tanto poder aún por desarrollar que podría elevarlo a la cima entre los demás discípulos, la pequeña bestia no podía avanzar ni un solo paso sin que los demás lo sometieran y lo atormentaran. Y lo más frustrante era que nunca intentaba defenderse de esa carga.


Por supuesto, Shen Jiu no iba a arriesgarse por él. Si Luo BingHe no aprendería a defenderse por sí mismo, nadie lo haría. Tendría que descubrirlo por su cuenta, y ya vería cuánto tiempo le llevaba percatarse de esa dura realidad. El mundo nunca es fácil; al contrario, utiliza y desecha a las personas tantas veces como sea necesario. Si no aprendía a salir adelante, estaba destinado a llevar una vida miserable. Al final, la decisión estaba en manos de cada uno.


Sin embargo, Shen Jiu no podía dejar de sentir que algo estaba terriblemente mal. Había una inquietante espina mental que le impedía ver a Luo BingHe como un chico común. A pesar de haberlo examinado varias veces, no parecía ser más que un humano ordinario con unas bases de cultivo que, con el tiempo, podrían superar incluso las de Yue QingYuan. Esa posibilidad, sumada a la mirada profunda que siempre le dirigió, hacía que le recorrieron escalofríos por el cuerpo.


Hubiera podido dejar pasar todos los demás, de no ser por el pequeño incidente, que lo hizo recordar sensaciones y recuerdos que creía haber enterrado en su mente.


Un día durante la tarde, mientras se encontraba en su pequeño estudio con las ventanas abiertas para que el aroma fresco de la hierba inundara su habitación, realizaba escritos de informes de las últimas misiones para entregarlos más tarde a Yue QingYuan. El único sonido que podía percibir era a sus alumnos hablando de cualquier tontería hasta que la voz de YingYing resonó por encima de la de los demás.


¡A-Luo!, ¿por qué no quieres acompañarme a comprar algunas listones para el cabello?


Su pincel, el que utilizaba para trazar las delicadas líneas de las cartas, se deslizó de su mano y cayó al suelo, manchando el papel blanco en su mesa. En ese instante, su cuerpo quedó paralizado, helado por un escalofrío que recorrió su espina dorsal. El sonido del impacto resonó en su mente como un eco de un recuerdo traumático. Tras unos segundos de confusión, sacudió la cabeza con fuerza, intentando despejarse de esa sensación opresiva, convencido de que había escuchado algo erróneo. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, la inquietud persistía mientras regresaba a su trabajo, sintiendo la tensión en el aire.


¡A-Luo!, ¿me estás escuchando?


Ahora su mano derecha temblaba ligeramente y levantó la cabeza hacia la ventana tratando de localizar a la chica que con tanto afán llamaba a su compañero.


¡A-Luo!, ¿es que acaso ya no me quieres?, ¿no te gusta estar conmigo verdad?


¡A-Luo eres malo!


Tratando de relajarse de nuevo, Shen QingQiu mantuvo la compostura revisando qué parte de su escrito podía salvarse. Pero esta vez la voz de dentro de su mente fue la que lo hizo paralizarse.

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⏰ Última actualización: 12 hours ago ⏰

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