Vomito interdimencional

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*Dipper*

Ella se volvió loca.

¡AAAAAAAAAAAH! —soltó un grito que hizo a mis tímpanos luchar por su vida.

—Lo-lo siento —trate de decir aún confundido por lo que acaba de pasar.

—¡QUÍTALO! ¡QUE ASCO! ¡QUÍTAME ESTO YAAAAA! —ella se observaba su vestido manchado... que por cierto era beige.

Tome lo primero que encontré, que era mi camiseta de dormir y se lo pase para que se limpiara por encima.

No se como paso todo. De un minuto a otro la idea que se me ocurrió, a la cual verdaderamente no le llevaba mucha fe, simplemente paso.
Solo recuerdo que todo parecía un torbellino hasta sentir algo, despertarme y ver que estaba en su regazo. Salí como pude de esa incómoda posición, tan taaaaan rápido que todo los hot dogs y cupcakes de Mabel se me vinieron encima hasta terminar en su vestido.

—No, no, no, no, no —ella seguía repitiendo sin parar, mientras se limpiaba .

—Lo siento... —volvi a decir, pero ella de inmediato dejó de limpiarse y me miro con sus ojos azules agrandados, los cuales hicieron que un miedo recorriera mi cuerpo.

—¡Idiota! ¡Maldito idiotaaaa! —ella se abalanzó contra mí y me comenzó a zamarrear de los hombros. —¡Imbecil! ¡Te odioooo! ¡Era un Ralph Lauren!

—¿U-un que? —pregunte nervioso mientras me atacaba.

—¡Costó Ochocientos dólares! ¡Ahhhhhhh! —me zamarreaba más fuerte aún.

—¡¿Queeeeeee?! —deshice su agarre como pude. —¿Ochocientos dólares? eso debería ser ilegal —dije desde el otro lado de la habitación, muy lejos de ella.

—Tu... —ella me miraba con furia en sus ojos y sentí una especie de escalofríos. —¡Me las vas a pagarrrr! —gruñó y comenzó a perseguirme por la habitación a lo que yo corrí.

Era como un toro persiguiendo a su presa para matarla y yo era el que iba vestido de rojo.
Llegamos a un punto en que no me pudo perseguir más y me dejó acorralado en la pared.

—Este... era de mis vestidos ¡Favoritos! —me decía una clara expresión de furia, solo faltaba que le saliera humo por la nariz.

—Y-yo... t-te puedo prestar algo para que te cambies —le dije.

—¡Más te vale que me pases alguno de tus trapos! ¡No pienso salir así!

Le busque algo inmediatamente antes de que me clavara una tijera por la espalda o algo así.
Le pase un conjunto gris de buzo que tenía.

—Toma, t-tal vez te quede grande...

—¿Esto es lo único que tienes? —preguntó seriamente.

—No creo que te gusten más los otros

—Bien. Me cambiare

—Ok...—respondí sin saber que más decir, a lo que ella me miro con extrañeza.

—¿Te vas a quedar ahí parado mirándome mientras me cambio? ¿Eres un pervertido o algo por el estilo?

—¡No! nonono, y-yo ahora salgo. Estaré afuera.

Salí y la esperé fuera del cuarto. Realmente estaba loca. No sabía que alguien podía ponerse así de desquiciada por un vestido y tampoco sabía que un vestido podía costar eso. De todas formas no pude debatirle nada porque era mi culpa que terminara así.

Luego de un rato ella salió del cuarto, con mi buzo el cual le quedaba aparentemente grande.

—Está es mi peor pesadilla —dijo al salir, con una expresión de derrota.

Otro verano de misterio || DipcificaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora