Buenos valores

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*Dipper*

Apenas puse un pie en el patio de la cabaña, pude percibir una vibra extraña que no supe descifrar inmediatamente. No se si fue el ambiente, las luces o la música que había la cual me hizo dudar de todo.

Todo parecía fuera de su lugar pero dentro de la caja al mismo tiempo.

Por un momento pensé que tal vez fue el mareo al llegar lo que me ponía así, pero voltee a ver a Pacífica la cual expresa la misma confusión que yo tenía.

No tuvimos tiempo de cruzar palabra, por que alguien la tomó sorpresivamente del brazo a los pocos segundos de llegar.

—¿Donde carajo estabas? —un enojado Louis arremetió contra ella.

—¿L-Louis? —ella se notaba sorprendida. —¿Que te pasa?

Se mantenía un temple tenso raro en él.
—¿Que hacían solos allá arrigba? —preguntó refiriéndose a mi.

—¿Porque me agarras así? —Ella lo veía con desconcierto mientras se deshacía de su agarre.

—¡Contesta! —el subió su tono.

—Nada, nosotros solo...

—¡No mientas!

En el momento en que él alzó la voz, la gente que se encontraba allí comenzaba a quedarse en silencio para observar la escena que se estaba formando.

—No te miento, nosotros solo... hablábamos —Pacífica intentaba encontrar las palabras adecuadas.

—Hablar... —cada vez él se veía más furioso. —¡¿Hablar en su habitación?! ¡¿Me crees idiogta?!

—Louis cálmate, de verdad no es lo que piensas. —
a ella se le veía nerviosa y hasta parecía que le costaba articular las palabras, cosa muy rara en ella. —Mejor hablemos adentro

—Debí saberlo. —el no le hizo caso y siguió insinuando cosas. —¿Por eso el otro día estaban en tu habitación verdad?

—¿Eh? ¿De que hablas?

—También la otra vez cuando los encontré solos en la biblioteca. Tu te pusiste extraña y dijiste que solo le estabas prestando un libro. —el se tocaba la cabeza y reaccionaba como si estuviese uniendo las piezas y todas las pruebas... de algo que no estoy seguro.

—Pero eso nunca...

—¿Cuantas veces han sido? ¡¿Desde hace cuanto?!

—¡Que no! —ella parecía desesperarse. —¡Déjame hablar!

—¡A mi no me grites! —la mirada de él ahora era sombría. Claramente no era el mismo tipo que conocí hace un par de días.

Ante su reacción más abrupta, Pacífica parecía verlo indignada o en un aparente estado de shock y no emitía ni una sola palabra.

En este punto creo que ella y yo ya sabíamos que pasaba algo más complicado.

—¿Sabes? ¡Nos vamos! —el atino a tomarla por el brazo nuevamente, pero esta vez no fue de forma débil y por un momento intento forzarla a caminar.

En un impulso me interpuse entre ellos para quitar su agarre de Pacífica.

—¡Oye que te pasa! No es forma de...

—¡¿No es forma de que idiota?! —me interrumpió.  —¡¿Quien crees que eres para tocarme?!

—Esa no es forma de tratar a nadie

—¿Que? ¿Ahora se van a defender? ¿Te da la cara para eso?

—Ella te estaba tratando de decir la verdad pero ni siquiera la escuchas.

Otro verano de misterio || DipcificaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora