La calidez de una noche de verano.

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"I don't wanna keep secrets just to keep you"

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*Dipper*

Otro y otro y otro universo más y sentía que no llegábamos a nada.

Traté de racionalizar lo más que pude con lo que tenía pero no lograba tener alguna respuesta certera del por qué yo me encontraba atado a Pacífica Noroeste escalando de una dimensión tras otra.

Lo que antes ya había percibido y lo que había soñado no parecían ser pistas viables de las que percatarse.
Creí que podían ser producto de mi imaginación, pero ahora he pensado que tal vez tenga que comenzar a mirar a ese lado.

Me estaba comenzando a cansar y mi cabeza solo repetía los mismos pensamientos ansiosos y preocupantes en repetición.
Intenté convencerme a mí mismo que tal vez era hora de dar una pausa para no terminar ahogándome en mis preocupaciones.

Fue entonces cuando acepté ese vaso.

Personalmente he ido a un par de fiestas de la secundaria, casi como una obligación de mis padres para que acompañara a Mabel.

En algunas de ellas, probé y tomé cerveza, sin mucho éxito.
Lo intenté un par de veces más y no me terminaba de gustar del todo.

No se que me había dado Pacífica ahora, pero indudablemente no era cerveza. Se sentía como algo más fuerte, pero aún así más pasable.

Al ser una noche de verano, con el clima cálido y la poca brisa fresca que corría, hacía que me relajara de alguna forma, como si me diera un respiro.
Me hacía relajar inclusive del acto que estaba viviendo, en un sentido muy perturbador.

Es el primer baby shower que me resultaba realmente perturbador.
Solo mi tío Stan podría lograr algo como esto.

Pero ahora estar así lo relajaba todo. Hasta me daba risa.
Las luces, la música, la gente actuando estúpido y diferente a lo que conozco y al lado Pacífica comenzando a ponerse extrañamente inquieta, me causaba risa.

De hecho, todo me comenzó a dar risa.

No estoy seguro de cuánto tiempo pasó luego del primer vaso, pero seguíamos junto a la mesa de bebidas después de un sorbo, tras otro... y otro.

Nadie nos prestaba atención, todos estaban muy pendientes en lo suyo, hablando, bailando o estando borrachos.

Solo nos quedamos en esa esquina analizando a las personas de esta dimensión.

O burlándonos.

—El alcalde tiene cara de animal ¿Lo has visto bien? —examinaba al azar.

—¿Que si tiene? obviamente todos saben que es una ardilla —expresó ella.

—Mmm... yo pensaba más en un ave. El papá de Gideon sería una ardilla

—Nah, refutó eso, sería otro roedor. —expresó.

—¿Cuál? —pregunte.

—Claramente sería un castor —mencionó, a lo que se me salió una carcajada repentina... con algo de bebida.

—Pines... —ella me pasó una servilleta que se encontraba en la mesa. —No debí darte de beber, no sabes tomar. Aún estás muy pequeño. —dijo altaneramente.

Yo le respondí con una mueca sarcástica mientras me limpiaba.
—¿Te das cuenta de que los dos tenemos diecisiete verdad?

—Claro. Yo si los represento. —respondió a lo que la mire con fastidio. —Pero bueno... ¿Ya viste? —señaló. —¿Crees que ese copete blanco, imitación de Elvis Presley, en el pelo del niñito Gideon sea real? —ella preguntó con los ojos entrecerrados mirando al chico de lejos.

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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Otro verano de misterio || DipcificaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora