Capítulo 35

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Lali estaba recostada en la camilla del consultorio médico, con la mirada fija en la pantalla del monitor. La doctora, que estaba junto a ella, aplicó gel sobre su abdomen y comenzó a mover suavemente el transductor sobre su piel. Peter estaba de pie al lado de Lali, sosteniendo su mano, ansioso por lo que estaban a punto de ver.

- Ahora vamos a echar un vistazo -dijo la doctora, con una sonrisa mientras miraba la pantalla.

Lali sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Podía escuchar el latido acelerado de su propio corazón mientras la doctora movía el transductor, buscando la imagen adecuada.

- Aquí está -anunció la doctora, señalando la pantalla.

Lali y Peter miraron fijamente el monitor. En la pantalla, apareció una pequeña figura, apenas perceptible pero inconfundible. El corazón de Lali se aceleró cuando la imagen de su bebé, aún en formación, apareció ante sus ojos.

- ¿Eso es...? -susurró Lali, sin apartar la vista de la pantalla.

- Sí, -confirmó la doctora con una sonrisa-. Ese es tu bebé. Estás de dos meses.

Lali y Peter se miraron, ambos procesando la noticia en silencio. La emoción que normalmente acompañaría un momento así estaba eclipsada por el miedo y la incertidumbre. Ninguno de los dos había esperado un bebé, y la sorpresa los dejó sin palabras.

Mientras la doctora continuaba con la ecografía, el sonido del latido del corazón del bebé resonó en la habitación, haciendo que el peso de la realidad cayera sobre ellos. Peter apretó suavemente la mano de Lali, tratando de reconfortarla, aunque él mismo también sentía el nudo de ansiedad en su estómago.

Lali observaba la pantalla, sintiendo que su vida estaba a punto de cambiar de nuevo, mientras trataba de asimilar lo que significaba este nuevo capítulo inesperado.

Mientras caminaban hacia el estacionamiento, el silencio entre Lali y Peter era palpable. Ninguno de los dos sabía cómo abordar lo que acababan de escuchar. Aunque ambos sospechaban, la confirmación de la doctora les cayó como un balde de agua fría.

Lali caminaba al lado de Peter, con la mirada perdida en el suelo, tratando de asimilar la noticia. Nunca habían planeado tener otro hijo, y ahora, de repente, sus vidas estaban a punto de cambiar nuevamente. Peter, por su parte, mantenía la vista al frente, sumido en sus pensamientos. El peso de la noticia lo hacía sentir como si el aire fuera más denso, más difícil de respirar.

Llegaron al auto y Peter, sin soltar la mano de Lali, abrió la puerta del lado del acompañante para que ella entrara. Lali se dejó caer en el asiento, aún en silencio, mientras Peter rodeaba el auto para tomar su lugar al volante. Cuando ambos estuvieron dentro, Peter encendió el auto, pero no lo puso en marcha. Simplemente se quedó allí, con las manos en el volante, mirando hacia el frente.

Lali respiró hondo, intentando calmarse, pero el nudo en su garganta crecía. Finalmente, se atrevió a romper el silencio, aunque apenas pudo hablar: - No estaba preparada para esto...

Peter giró su rostro hacia ella, y al verla con los ojos llenos de lágrimas, sintió un dolor profundo en el pecho. Sin decir nada, extendió su mano para entrelazarla con la de ella. -Yo tampoco,- respondió suavemente, con una voz cargada de incertidumbre y apoyo.

Peter apretó suavemente la mano de Lali, buscando la manera de transmitirle calma en medio de la tormenta de emociones que ambos estaban atravesando. Tras un momento de silencio, suspiró y con voz suave, pero firme, dijo:

- Lali... Hay opciones. Si no estás lista, no tenes que hacerlo. No quiero que sientas que esto es una carga o un problema. Lo que decidas, te voy a apoyar.

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