𝐔𝐥𝐭𝐫𝐚𝐯𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐞 [𝑂𝑧𝑎𝑖 𝑥 𝑂𝑐]

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¿𝘽𝙚𝙣𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙤 𝙩𝙧𝙖𝙜𝙚𝙙𝙞𝙖𝙨?

Cecilia se encontraba en su habitación, observando el sol filtrarse a través de las cortinas. Había pasado su cumpleaños número 17, y el embarazo, que había comenzado a presentar síntomas visibles, se estaba haciendo más evidente. La fatiga y el malestar que sentía día tras día le recordaban constantemente la nueva realidad que enfrentaba.

Había solicitado la ayuda de una curandera del palacio, esperando obtener alguna claridad sobre su situación. La mujer llegó puntualmente, con su maletín de hierbas y pociones, y se dispuso a realizar el examen necesario. Cecilia se recostó en la cama, tratando de relajarse mientras la curandera trabajaba con habilidad.

Finalmente, después de un examen exhaustivo, la curandera se volvió hacia Ozai, quien estaba de pie junto a la ventana, observando con una expresión impasible.

─ Mi señor ─ dijo la curandera con voz firme ─ la señora Cecilia está efectivamente embarazada. El desarrollo del embarazo parece estar en curso, pero es esencial que se le proporcione el cuidado adecuado para garantizar la salud del bebé.

Ozai asintió con una ligera inclinación de la cabeza. La curandera se retiró, dejando a Ozai y a Cecilia solos en la habitación. La tensión en el aire era palpable, y Cecilia se sintió inquieta ante la mirada intensa de Ozai.

Ozai se acercó a Cecilia con una expresión calculadora, sus ojos fijándose en ella con una mezcla de interés y autoridad.

─ Cecilia ─ comenzó Ozai con tono firme ─ el embarazo es una noticia significativa. Como sabes, en nuestra familia y en nuestra nación, es crucial que el heredero sea un varón. Un hijo varón asegura la continuidad de nuestra línea y fortalece nuestra posición en la nación.

Cecilia sintió una ola de ansiedad al escuchar las palabras de Ozai. La presión para dar a luz a un heredero masculino no solo era una expectativa cultural, sino también una carga personal que sentía profundamente.

─ Entiendo ─ respondió Cecilia con voz temblorosa, su mirada fija en el suelo. ─ Haré todo lo posible para asegurar que el bebé esté sano.

Ozai asintió con satisfacción, su rostro mostrando una leve sonrisa que no alcanzaba a sus ojos.

─ Es esencial para ti ─ continuó Ozai ─ y para nuestra familia que te cuides adecuadamente. Asegúrate de seguir las recomendaciones de la curandera y mantenerte en buen estado de salud.

Cecilia asintió de nuevo, sintiendo el peso de la responsabilidad que le imponía. Sabía que debía cumplir con las expectativas, no solo para su propio bienestar, sino también para asegurar el futuro de su hijo y su lugar en la familia real.