🔥🔥🔥

15 5 0
                                    

El hombre más pequeño que jamás haya vivido

La Nación del Fuego se extendía ante ellos, un vasto territorio que Zuko había aprendido a amar y temer a partes iguales

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La Nación del Fuego se extendía ante ellos, un vasto territorio que Zuko había aprendido a amar y temer a partes iguales. Con cada milla que recorrían, el peso de la responsabilidad se asentaba más sobre sus hombros. Sabía que enfrentarse a su padre no sería solo un desafío físico, sino una batalla emocional que pondría a prueba todo lo que había aprendido.

El equipo Avatar se reunió en un claro, rodeado de árboles altos que parecían observar el momento con expectación. Aang, Katara y Sokka intercambiaron miradas de determinación, mientras Toph se mantenía en silencio, sintiendo las vibraciones del terreno. Li estaba acurrucada en el regazo de Zuko, ajena a la tensión que se cernía sobre ellos.

—Debemos ser cuidadosos —dijo Aang, rompiendo el silencio—. Ozai es más poderoso de lo que imaginas, y tiene a su disposición a su ejército.

Zuko asintió. —No solo eso, también tiene a Azula. Es astuta y no se detendrá ante nada para proteger a su padre.

Katara miró a Zuko, sus ojos llenos de preocupación. —¿Estás seguro de que quieres hacer esto?

Zuko respiró hondo. —No tengo otra opción. Ozai ha hecho demasiado daño, y no puedo permitir que continúe. No solo por mí, sino por todos los que han sufrido a su mano.

Li se movió en su regazo, despertando lentamente. —¿Papá? —preguntó con voz suave.

Zuko sonrió. —Sí, pequeña. Todo estará bien. Vamos a hacer lo correcto.

Con ese breve momento de calidez, el grupo se preparó para la batalla que se avecinaba. Mientras Appa se elevaba en el cielo, Zuko no podía evitar sentir un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que lo que estaban a punto de enfrentar cambiaría sus vidas para siempre.

La batalla se desató con una intensidad que Zuko no había anticipado. Fuego y aire se entrelazaban en una danza peligrosa, y cada movimiento era un recordatorio de lo que estaba en juego. Zuko luchaba contra Azula con ferocidad, sus corazones latiendo al unísono mientras intercambiaban golpes.

—Siempre has sido un perdedor, Zuko —se burló Azula, su risa resonando en el caos. —Pensaste que podrías salvar a esa niña, pero no puedes salvarte a ti mismo.

Zuko apretó los dientes, recordando a Li y todo lo que había sacrificado para protegerla. —No tienes idea de lo que significa la familia, Azula.

De repente, un grito desgarrador resonó entre las llamas. Zuko giró la cabeza justo a tiempo para ver a Cecilia, la madre de Li, apareciendo entre la multitud de soldados de Ozai, buscando a su hija.

—¡Cecilia! —gritó Zuko, su corazón acelerándose.

La mirada de Ozai se desvió hacia ella, una mezcla de ira y sorpresa. —¡¿Qué estás haciendo aquí?!

𝐔𝐥𝐭𝐫𝐚𝐯𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐞 [𝑂𝑧𝑎𝑖 𝑥 𝑂𝑐] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora