—Me alegra informarle que sus heridas interiores han completado con éxito su proceso de recuperación. — Félix suspiró de alivio cuando pudo volver a extender las piernas sobre la suavidad del colchón al terminar la examinación. Había perdido la cuenta de todas las veces que tuvo que exponer su intimidad para que su enfermera constatara el proceso de curación de una herida que había cambiado su vida para siempre.
—Gracias Giulia... — susurró, acomodando su ropa y permitiendo que la mujer le cubriera con las sábanas. Inconscientemente, Félix otra vez intentó captar algo de su aroma, pero sabía perfectamente que no sería capaz de lograrlo. — De nuevo, ¿Cómo es posible que no haya rastro de esencia omega sobre ti? Estoy por pensar que me has engañado estos últimos meses y en realidad eres una beta.
Como siempre, Giulia sonrió de esa forma tan enigmática suya. Después de retirarse los guantes de goma y lavar sus manos en la palangana junto a la cama, volvió a tomar asiento en el borde de la cama; una pequeña rutina que habían adoptado mientras los días de curación y el trabajo de Giulia se iban alargando.
—Signore, permítame decirle algo: no hay nada imposible para la naturaleza. Si se toma el tiempo de aprender, descubrirá que la solución a todos nuestros problemas se encuentra en ella. ¿Quiere evitar una concepción? Existen tés herbales para eso. ¿Quiere ocultar su aroma? Hay flores convertidas en fragancias que pueden ayudar con ello. ¿Quiere inclinar la balanza sin pagar el precio...? La naturaleza puede encargarse y sin dejar huellas de por medio.
Félix la observó cuidadosamente. Había algo en la presencia de la mujer que le hacía categorizarla como un verdadero arma de doble filo, muy a pesar de su trato amable y la amistad sencilla que habían establecido. Por alguna razón, existía algo en la enfermera que gritaba aquí hay mas de lo que ves y nadie lo notaría hasta que fuera demasiado tarde.
—Eres una mujer fascinante, Giulia. Sería un honor aprender de ti. Creo que hay tanto allá afuera, que es esa precisamente la razón de que tu vida no parezca sujeta a los entresijos de nuestra naturaleza.
—Y será un honor para mi iniciarlo en este bello e intrincado camino, tan solo tiene que decir las palabras. — con un leve asentimiento y una sonrisa comedida, Félix agradeció su ofrecimiento y luego de unas cuantas advertencias más, Giulia se despidió aduciendo otro deber que cumplir.
Esperó hasta que abandonara la habitación para dejar vagar su mirada hasta el inmenso ventanal que ocupaba la mayor parte de la habitación de Hyunjin. Desde aquella fatídica noche, Félix se había apoderado de ella, obligando a Hyunjin pernoctar en quien sabe dónde. Como siempre, su corazón dolió al recordarlo e hizo lo posible por contener detrás de una represa la cantidad de pensamientos intrusivos y pesimistas acerca del estado actual de su relación. Si es que podía llamársele de aquella manera al affaire que habían compartido y que, ultimadamente, había sido el catalizador de su mayor desgracia.
Con cuidado, llevo ambas palmas de sus manos sobre su vientre plano y respiró cuando la avalancha de lágrimas producto del arrepentimiento se agolparon en las comisuras de sus ojos. El sabor ya inexistente del té de luna quemó en su garganta, recordándole que, sin saberlo, se había despedido voluntariamente de su única oportunidad de traer vida a este mundo.
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Acqua Tofana (Hyunlix)
Fanfiction"Dime cada cosa terrible que hayas hecho y déjame amarte de todos modos" - Edgar Allan Poe ShortFic Hyunlix Omegaverse | Fantasía Histórica | Romance Advertencias: violencia y discriminación de género, asesinatos, descripciones detallas de autopsia...