Capítulo 4

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Al despertar lo oí hablar al teléfono, estaba furioso, su tono de voz me había asustado.

—Tengo problemas con mi paga, ya van tres días de retraso —Oí su voz a lo lejos, producía eco.

Escuchaba los latidos de mi corazón, sentí azúcar en mi boca, me retorcí, mi vista estaba nublada, veía la luz del techo distorsionada. Miré mis brazos, tenía en ambos una vía intravenosa, en uno de los tubos acrílicos pasaba un líquido rojo, parecía sangre a comparación del otro translúcido casi como agua. Sentí dolor en la articulación de mi brazos, justo donde estaban las agujas insertadas, estaba inflamado, un poco rojo y lleno de cinta adhesiva médica.

Mi rostro dolió al levantarme, estaba pegado contra el suelo, me quedé dormido, eso pensé, no recordaba nada con claridad.

—¿Cuándo podrán solucionar eso? Necesito el dinero —lo oí furioso, quejándose.

De golpe sentí un escalofrío recorrer mi espalda, traté de hablar, quería ser escuchado, pero mi boca estaba sellada con cinta, la misma que cubría las agujas en mis brazos. Había líquido entrando a mi sangre desde un paral de hierro que sostenía dos bolsas. 

Traté de romper el adhesivo con mi lengua, sentí el sabor amargo del pegamento que tenía, no podía, estaba demasiado apretado, tanto que mis mejillas sobresalían un poco por encima de la cinta.

Luché por levantarme mientras la impotencia me hacía llorar, mis brazos estaban débiles, mis manos no podían sostener mi peso. Me caí, golpee mi rostro contra el suelo, mi boca comenzó a sangrar.

Quería que me escuchara, quería que esa persona que estaba allí hablando al menos notase mi presencia, me ayudara.

Mientras mi boca sangraba y chorros escurrían por la comisura de mis labios yo trataba de arrastrar mi cuerpo hacía las voces. Mis antebrazos se mancharon de suciedad, la misma entró a las pequeñas cortadas que me hacía con el suelo al tratar de jalar mi cuerpo. Caí devastado al oír la puerta del lugar cerrarse, los pasos alejándose, mi oportunidad yéndose por donde vino.

Escuché sus pasos acercarse.

—Al fin despiertas —dijo inclinándose para acariciar mi cabello. —Me preocupé un poco cuando vomitaste anoche.

—Mgh —murmuré, sentí sabor a hierro por la sangre en mi boca.

—Es que el vómito era de este color —dijo limpiando la sangre que se escurría hacia mi mentón. Manchó su dedo con ella y me lo mostró.

La cinta comenzó a soltarse un poco por la humedad. Pude respirar por mi boca.

—A-agua —dije sin fuerzas. Él me miró mientras sus dientes se exponían en una pequeña sonrisa.

—Si, solo primero come esto —dijo extendiendo una cuchara frente a mi boca.

Abrí la boca sin pensarlo, él la introdujo, sentí el frío del metal en mi lengua. De inmediato sentí su mano bajo mi mandíbula, apretando de abajo hacia arriba para evitar que abriera la boca. Sentí un sabor que no pude describir, y en unión a la sangre en mi boca no pude discernir que era.

—Bien hecho, te lo ganaste —dijo sonriendo. Extendió el plato con agua hacia mi rostro.

Bebí desesperado, metiendo mi cara para poder absorber el líquido. mientras lo hacía sentí su peso sobre mi cráneo. Me pregunté ¿por qué lo hizo?, empujar mi cabeza bajo su zapato, lloré de dolor al golpear mi nariz contra la base del plato.

Levanté mi cabeza para mirarlo. Mis lágrimas escurrían mientras se unían al agua que mojaba mi rostro.

Mi nariz comenzó a sangrar, me toqué el rostro manchando mis dedos de sangre, comencé a temblar, era mucha, goteaba sobre mi torso.

Él Y MI SANGRE ¿BL? +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora