Capítulo 5

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Esa misma noche, después de aquella llamada me dijo que debía irse.
Le supliqué, le rogué para que no me dejara, pero se fue, no le importó, me juró que volvería en unas horas.

Se fue, creo que habían pasado más de dos días desde que me hizo aquello, todavía siento el sabor de sus fluidos en mi boca.

—C-comida —susurré, estaba en la miseria.

Solo tenía agua en una botella de plástico, comenzaba a pensar en la muerte con más frecuencia, mi estómago dolía, me gritaba por comida.

Volvería en unas horas, no días, me miente, me usa.

—Quiero morirme —dije mientras mis lágrimas corrían hasta el suelo. Miraba el techo deseando que alguien lo rompiera y me viera rogando.

Narra Kai Roman
-Hace 2 días-

Sabía que estaba en peligro, de eso vivo, del riesgo. El hotel era una fachada muy buena para un demente, un demente que en el fondo temía lo que se avecinaba, dentro de unos días asesinaría a un juez.

—Son las dos de la mañana Leo, ¿qué mierda quieres que haga? —respondí al teléfono, bajé la voz al ver a Adam mover su cuerpo dormido.

—Quiero que detengas todo esto, Roman, tus padres te están buscando. Yo te extraño también, por favor, nos hemos disculpado contigo de mil maneras —suplicó el chico al otro lado de la llamada.

—Te he dicho mil veces que dejes de llamarme, deja de comprar números nuevos, no me importan ya, para mi ustedes están muertos —dije colgando la llamada, solté una lágrima mientras bloqueaba el número, siempre lo mismo, mi exnovio me llamaba de un número desconocido,  yo lo bloqueaba y así se repetía el ciclo.

Sé que esto que hago no es lindo, pero no tengo opciones y volver con ellos es una idea que borré de mi cabeza desde hace varios años. Ineptos sin escrúpulos desubicados, ellos, los odio a los tres.  

Vi mi teléfono iluminarse bajo mi mano, otra llamada entrante lo estaba haciendo vibrar. Contesté rápidamente.

—¿Hola?

—Te necesito ahora. El Juez se irá de viaje por la mañana, impide que viaje, debes hacer esto hoy.

—¿De cuanto estamos hablando ahora?

—¿Eh?

—Un cambio tan drástico de la nada cuesta dinero. Te escucho.

—No tengo porqué subir más la suma de dinero, tú me debes eso y más  —dijo el hombre, se le escuchó la voz entrecortada.

—Entonces no hay Juez muerto, suba el monto para que mi deuda baje, no le cuesta nada, ¿o solo tiene miedo de perder a su sicario personal? —dije colgando la llamada.

¿Es el dueño de este hotel y no puede siquiera bajar unos miles más a mi deuda con él? Mentiras. Necesitaba que mi deuda con él acabase lo más rápido posible, me sentía su miserable marioneta y todo por inepto.

¿Cómo bajar una deuda de casi medio millón? ¡Claro! siendo la perra de tú prestamista, hacer todo lo que quiera y cobrarle por eso. Fácil ¿no? para nada; cuando además de trabajarle debes manchar tus manos de sangre, ganarte el infierno.

Él Y MI SANGRE ¿BL? +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora