Capítulo 12

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Luana:

Me había despertado hacía un rato, en el reloj marcaban las ocho y cuarto, el lado de Gastón estaba vacío, sabía que se había ido a las siete al sofá donde se limitaba a escribir en una libreta y no dejarme leer que canción estaba componiendo.

Y también por que su lado se encontraba frío.

Últimamente nos limitamos a dormir abrazados, sé que es algo que no debo acostumbrarme, ya que cuando mis papás se vayan debería volver a mi casa de manera más permanente, ya que solía ir para estudiar o ensayar,

Por qué haber, la pasaba bien con Gastón aquí, el siempre fue muy atento conmigo, cuando tiene tiempo me lleva a la facultad, y los domingos solemos tirarnos en su cama con los auriculares a escuchar música, una de mi playlist y luego otra de su playlist.

Casi siempre mis elecciones eran de Taylor Swift, y el de Gustavo Cerati.

—¿Por qué te gusta tanto Taylor Swift?—preguntó un domingo, mientras ambos estábamos acostados, con un auricular en cada oreja.

En los auriculares sonaba "All too well" yo movía mis labios por cada palabra que sonaba, era una de las que más me gustaba.

—Es cómo si yo te preguntara porque te gusta Gustavo Cerati—rei—Hablando en serio, ella ha estado desde que soy chica, y cuando me sentí incomprendida ella estuvo ahí, con sus canciones, y me hizo sentir bien, que podía con todo aunque pareciera imposible.

Él se había quedado en silencio, la canción continuó y cuando las últimas notas sonaron, él murmuró:

—En mi casa siempre lo escuchábamos, era una tradición, y bueno, cuando me fui de casa, él fue lo único que me recordaba ese lindo recuerdo de cuando tenía a mi familia de mi lado

Ambos recuerdos me dejaron sin aliento, como si hubiese corrido un maratón.

Lo miré sonriendo, me había gustado comentarle eso que me hacía sentir vulnerable, pero como siempre, sentía que con él ese vació de que estaba sola se completaba por un breve instante,

***

Y ahora estaba preparando el desayuno, que aunque intentaba hacer el menos ruido posible, con la cafetera es muy normal que se haga bastante ruido.

Decido que lo mejor será levantarme, me fui al baño y me puse un conjunto de un top de tirantes con unos pantalones de tiro alto negros.

Me hice una colita alta encima de mi cabeza que me resaltaba todas mis facciones y solo podía pensar.

Que estaba deslumbrante.

Con los ánimos por los cielos me fui directo a la cocina, me encontré a Gastón sacando las tostadas que había hecho en el horno y solo podía ver como se movía en silencio.

¿Porque me había quedado mirando como se movía, así como toda una psicópata?

El pareció notar mi mirada, pero ya era demasiado tarde como para irme, mi mirada se encontró con la suya, y él con una sonrisa de oreja a oreja por haberme cachado mirándolo como una demente,

Y claro, roja como tomate.

—Buenos días—dije acercándome a la cocina, tomé un vaso de agua de la encimera para llenarlo con jugo.

—¿Dormiste bien?—me preguntó aún con esa sonrisa que no hacía más que ponerme más nerviosa.

—Si, muy bien, como bebé— ¿Por qué soy así?—¿Vos?.

—También, como bebé—dijo burlándose de mí, y tomando el vaso que estaba bebiendo—Mm, que rico.

Estaba demasiado tensa, me fui a la mesa, no podía verlo más a la cara, me estaba poniendo a niveles que no creí que alcanzaría nunca.

Un novio por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora