Capítulo 2

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Estaba de mal humor, desde ayer que me había propuesto hacerme la ofendida para que mis papás vean que no me agradaba la idea de suspender mi presentación por una mudanza que ni siquiera me había preguntado

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Estaba de mal humor, desde ayer que me había propuesto hacerme la ofendida para que mis papás vean que no me agradaba la idea de suspender mi presentación por una mudanza que ni siquiera me había preguntado.

Muy maduro de tu parte.

Era la mañana de martes, me había puesto un pantalón suelto gris con un top negro de una sola manga, y una gorra para tapar los pelitos despeinados que tenía por culpa de la humedad.

Cuando bajé a desayunar mis papás y Michael estaban en el comedor, una sencilla habitación blanca con una gran mesa de madera y muchas sillas que casi nunca ocupamos.

Me senté en frente de mi mamá pero sin decir absolutamente nada, en frente mío se encontró mi taza de café con leche, una tostada con mermelada de durazno y una medialuna de jamón y queso, agarré mi tostada con mala gana.

Luego de terminármela agarré mi medialuna con jamón y queso y la comi sin decir nada, notaba las miradas inquisitivas que me lanzaron mis padres, ya que lo común en el desayuno era hablar de lo que haríamos y que se yo que más.

El único que se dignaba a balbucear era Michael. Le sonreí y le apreté cariñosamente la mejilla y él me escuchó.

— ¿Qué te ocurre Luana?—preguntó papá ya rompiendo la pequeña tensión que se notaba en el ambiente.

—Estoy perfecta—contesté tensa pero seguía jugando con Michael.

—Tu tono no dice lo mismo—dijo mamá—Nunca te comportas así es...raro en ti.

La miré sin emociones en mi rostro, antes de bajarme seguro que mis ojos no se encontrarán rojos para que no me maten a preguntas que luego bajaban la importancia de mis "dramas".

Así es mi vida.

—Me voy con Thomas—dije levantándome de la mesa y me fui en dirección a Michael—Te amo.

Sin mirar atrás subí a mi pieza y agarré una carterita para llevar mis llaves, auriculares, mi cartera, celular y una manteca de cacao.

No necesitaba nada más.

Antes de irme me miré al espejo e intenté sonreír aunque no quisiera hacerlo.

‧₊˚ ☁️⋅♡🪐༘⋆

La casa de Thomas estaba a una cuadra de la mía, era práctica cuando me peleaba con mis papás y no quería estar allá.

Con Thomas teníamos un cliché de amistad, nuestras madres eran amigas y de rebote nos hicimos inseparables.

La ventaja que tenía era que mi madre aprobaba que pasar tiempo con Thomas y podía ir cuando me daba la gana.

Desde que tengo memoria siempre escuché que mi madre y la suya decían que tarde o temprano nos haríamos novios,

Un novio por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora