Capitulo 01.

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La mañana de Micaela arrancaba temprano, ir a la secundaria era su única obligación y por el momento le iba muy bien, no era la más destacada del colegio pero si muy aplicada y responsable, lo necesario para no repetir ni llevarse materias pero no lo suficiente como para ser una traga.
Se había pasado la plancha la noche anterior asegurándose de que su pelo esté prolijo, salvaje, como se llevaba en ese entonces. Se puso rímel en los ojos a pesar de que le habían dicho que no lo haga, era por lo único que tenía discusiones con los directivos, pero que les importaba ellos si iba o no maquillada, que se interesen en sus notas y sus faltas.
Eso era algo que la sacaba de quicio. Por qué a Patricio no le decían nada cuando iba con los ojos maquillados, porque era una Estrellita o que. Bufo para sí misma y se apartó del espejo una vez que estuvo lista. Desayuno con su papá como solía hacer siempre, charlaron un rato acerca del colegio y partieron hacia la para del cole donde él le hacía compañía hasta que se aseguraba de que estaba arriba del colectivo. Iba escuchando música en su mp3 nuevo, uno que le habían regalado por su cumpleaños que había sido ayer y esa misma noche había conseguido el permiso de sus papás para poder salir con amigos y hacer la previa del boliche en su casa. Era viernes, el día favorito de todo estudiante y más sabiendo que la primer hora la tenían libre porque faltaba un profesor.

Sus compañeros eran muy buenos, estaban todos entrando en la adolescencia, los catorce años eran terribles y los cambios hormonales alborotaban a cualquiera que atraviese un mínimo de vergüenza o estímulo.

Micaela no era ajena a ello y más cuando su cuerpo se empezó a desarrollar incontrolablemente. No sabía si atribuirle eso a la herencia de la familia materna donde todas las mujeres eran "pechugonas" o al hockey que hacía que sus piernas y caderas crezcan de la noche a la mañana causándole un poco de vergüenza y timidez. Más allá de que la noche anterior también haya descubierto estrías en la zona interior de sus muslos y en algunas partes de su cadera, sabía que eso iba a pasar; su mamá era una mujer muy abierta en ese sentido y bastante adelantada para la época. Las cremas y tratamientos no iban a servir ni iban a retrasar al paso de la naturaleza y el tiempo.

—Pero Nacho que te dijo, boluda... banca que Mica está distraída mirando a su amor. —Micaela miró a Flor con su peor cara.— ay, dale, por qué no le comes la boca de una.

—Que asco, estúpida, es insoportable.

—Si, pero lo miras a cada rato. —Agregó Mia.

—Y si, si no para de tirarme esto. —Y mostró tres bolitas de papel.

Las tres se dieron vuelta y el grupito de Pato las estaba mirando mientras se reían entre ellos. Micaela le hizo "fuck you" con el dedo y Pato se puso una mano en el pecho fingiendo dolor.

—Sos un estúpido. —Le dijo en voz alta mientras le devolvía los papeles tirándoselos y haciendo que se estalle peor de risa. Mica se sentó refunfuñando.

—Eso lo hace porque te tiene ganas, yo solo te digo. —Hizo pico con la boca haciendo que Mica vuelva a poner su cara de asco.

—Nada que ver, Mia, no jodas con eso de nuevo.

Era claro, Mica era punto de las jodas de Patricio desde siempre, nunca habían hablado salvo por las bardeadas que Micaela le decía y el solo se dedicaba a reírse hasta llorar.
Papeles, capuchones de lapicera, trabadas, tirones de pelo cuando pasaba por al lado de y un repertorio largo y ocurrente eran las cosas que el morocho le hacía a Micaela sin parar un día. Sus amigas insistían en que le hacía todo eso porque evidentemente le tenía ganas y los varones eran así: tarados cuando les gustaba alguien. Salvo por Nacho que estaba atrás de Mía sin rendirse, le dejaba cartas en la mochila y se veían a escondidas en el recreo.

—Bueno, el lunes tenemos la excursión a Recoleta, ¿trajeron las autorizaciones?

Todos buscaron sus cuadernos de comunicados dejando que Alejandra, la profesora de historia, revise las firmas de sus padres llegando a la conclusión de que los veinte alumnos estaban en regla.

—Esa no es la firma de tu mamá, Sardelli. —dijo riéndose la profesora.

—Es que mi vieja no estaba así que firmó mi papá. —respondió el peli negro frunciéndose de hombros y convenciendo a la profesora y a su mayoría, salvo por Mica; ella no le creía nada a ese.

[...]

La noche había llegado y las tres amigas se estaban preparando en la habitación de la anfitriona. El timbre sonó dando a entender que los invitados habían llegado. Había invitado a todos y, muy a su pesar, Pato entraba en ese "todos".
La previa y la salida habían sido un éxito, la habían pasado muy bien. A pesar d las jodas que le hacía Patricio constantemente con lo que tenía puesto Mica supo hacer oídos sordos y disfrutar de su noche. Había tomado un poco, como toda chica a escondida de sus papás, pero siempre consciente de que no podía llegar totalmente en pedo si no quería perder esa libertad y esa confianza que sus papás siempre le brindaron; gracias a eso las jodas de Pato se habían vuelto más amenas y en vez de enojarse ella empezó a molestarlo igualmente.

—¿Qué onda, amiga? —le dijo Mia en un momento en el que fueron al baño.— Con las ganas que te mira Pato, te está tirando onda y vos no le agarras un palito.

—Ay, nada que ver Mimi, estamos jodiendo, nada más.

—Un día de estos te voy a golpear por ser tan boluda.

Mica puso los ojos en blanco y salieron para seguir bailando un reggaeton que sonaba de fondo entre ellas.

[...]

El frío que hacía era tremendo, pero eran jóvenes, eso les importaba poco cuando de ir de excursión con el colegio se trataba. Saludo a sus papás y subió al colectivo de dos pisos cuando la nombraron en el listado de asistencia.

—Gutiérrez, Micaela.

Y los gritos de sus amigas se escucharon desde el segundo piso haciendo que baile hasta uno de los últimos asientos porque los últimos ya sabía que iban a ser ocupados por aquel grupo revoltoso de varones. Se sentó del lado de la ventanilla con Florencia del lado del pasillo. Saludo a sus papás d inconscientemente su mirada fue al Sardelli del medio que estaba ahí con uno de sus hermanos y su mamá y su papá hablando y esperando a ser llamado como todos.

—¿Vas a admitir que te gusta o no?

Apareció Flor al lado de ella asomada a la ventanilla también viendo donde tenía la mirada Micaela. Florencia era un poco más precavida que Mía que era más lanzada y sabía que con ella podía hablar mejor y en más confianza ya que su otra amiga de vez en cuando solía hablar con los amigos de Patricio, como en este momento.

—No, Flor... bah, en realidad no se que me pasa con el. No lo soporto pero de tantas veces que me dicen que me molesta porque le gusto me termino confundiendo... capaz me gusta un poco, pero no lo voy a admitir del todo ni loca.

—Bueno, tranca igual yo te digo eso para joderte, boluda, tampoco quiero ser culpable de que te sientas obligada a que te guste un estúpido así. —dijo su amiga riéndose y abrazándola.

Los gritos de los amigos de Pato las aturdieron cuando lo vieron subir, se pusieron a saltar y un buzo voló a la cabeza de Micaela, era de Pato, lo reconocía por su perfume. Lo hizo un bollo y lo revoleo adelante de todo.

—Que haces, pendejita de mierda. —le dijo Patricio riéndose y yendo a buscar su buzo.

—Ay mira tengo gato nuevo. —le dijo Mis a sus amigas haciendo que se rían de como él otro iba a buscar su buzo y a la vuelta se babeo un dedo para ponérselo en el oído, como siempre hacia, arrancando a forcejear con ella entre risas.— Salí, molesto de mierda. —dijo tentada, los demás seguían riéndose de la risa de Micaela que era muy contagiosa.

—No te rías, estúpida, que me haces reír. —le decía Patricio que la tenía agarrada de las manos y con una rodilla encima de sus muslos, en un movimiento rápido llegó a pegarle una cachetada despacio y salió rápido para sentarse en su lugar una vez que la profesora hizo presencia indicando que iba a arrancar el viaje.

—Esto no se queda así, te voy a cagar a piñas. —lo amenazo Micaela dándose vuelta ya que lo tenía atrás de su asiento y apagó solo se rió y golpeó él respaldar para molestarla.



















Boeno vamos a ver que sale de esto porque tengo sueño y la verdad no se como escribí kadjjsjajjs
Comenten o me mato en el Vélez ok? Nos vemos 💗

Bardelli | Patricio SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora