Kalila
— ¿En serio? —me preguntó Vicente con asombro, mientras me observaba anonado el como subía las maletas vacias sobre la cama e iba viendo cómo es que llegaría a meter todas mis cosas dentro de ellas— ¿Por qué te irás una semana antes de que comiencen las clases?
— Porque quiero tener tiempo para volver a adaptarme—le dije casi de inmediato sin dirigirle la mirada porque me hallaba más concentrada pensando cómo iba a acomodar mis blusas sin que hicieran tanto bulto—. Creeme que no es cómodo estar en ese proceso de acostumbrarte de nuevo al clima, nuevamente hablar en un idioma que no te gusta, salir a comprar cosas que se te olvidaron y te das cuenta hasta que te estás reinstalando. En fin...—suspiré con mis manos en la cadera y mis brazos como jarras, y subir mi mirada hasta con mi primo— un montón de cosas que se me hará de perlas regresar antes de que inicien mis clases.
— No puede ser...—se dejó caer sobre la cama sentando y tomar un profundo respiro— ¿A poco se fue tan pronto el verano? —se preguntó para sí mismo en voz alta y verme mover las manos de un punto a otro mientras con paciencia empacaba. Tampoco quería que pensara que tenía un gran apuro por irme porque realmente no quería hacerlo— No quisiera que te fueras. Es muy bueno tenerte aquí en la casa.
Le sonreí y le aventé uno de mis potes de crema facial para que la cachara a la altura de su vientre— No vayas a estar llorando por mí—dije en tono juguetón—. Solo serán unos meses y estaré de nuevo para cuando esté por llegar la noche buena.
— Espero que se vaya tan rápido como lo haces escuchar—me dijo, dejando de lado el pote y quedarse un instante en silencio mirando cada una de mis cosas ordenadas sobre la cama. Aun me faltaban cosas, pero lo más escencial ya estaba contemplado sobre las sabanas que hasta hace poco Lidia tendió— Oye Kala... ¿y estás segura de marcharte ya, después de lo que nos pasó hace unos días?
Me quedé perpleja por un segundo. Claro que ya me lo había cuestionado.
— Si, estoy segura—respondí con certeza—. Es mejor porque podré llegar cuando el Instituto está todavia tranquilo y me evito pasar ansiedades con los mares de estudiantes que llegan de nuevo ingreso y andan perdidos en todos lados. La verdad que esta semana me caerá bien para estar tranquila allá.
— Kalila, con franqueza, tengo miedo de que te vayas ya—se levantó de la cama y me lo dijo con bastante temor de la decisión que acababa de tomar y que incluso mis tíos estaban enterados de ello y apoyaban la idea, de los cuales igualmente fue el medio por el que mis primos se enteraron de que estaba por hacer pronto mis maletas—. Te vas por meses y lejos de nosotros, que es cuando más nos necesitas.
— En serio Vicente—dejé las prendas que había tomado en mis manos y rodee la cama para acercarme a él y tomarlo en mis brazos—. No te preocupes, te aseguro que voy a estar bien porque apenas yo me conozco y sé qué es lo que necesito hacer en este momento para poder sentirme mucho mejor más adelante.
Vicente me abrazó por la cintura con fuerza— Sí me fuera posible me fuera contigo—murmuró y a mí me impulsó a tomarlo con más firmeza contra mi cuerpo. No, es mejor que él se quede aquí y no conozca lo que es estar allá—. Me duele que sufras.
— Ahh, pues es una pena porque siempre habrá un momento en el que estaré sufriendo—me separé de él y lo tomé de las mejillas y sonreí—. Te hablo en serio Vicente, no te preocupes, esto se podrá solucionar porque ahora entiendo lo que me lastima y reconozco en qué debo trabajar para que yo encuentre mi bienestar.
Y ahí estaba, haciendolo una vez más, haciendo promesas con palabras falsas que no tienen peso porque nunca llego a cumplirlas.
Esto que siento no es de cesar solo porque así yo lo quiera. Tiene que pasar algo para que puedan soltarme mis penas y pueda continuar, pero eso si, no identifico qué es lo que debo hacer porque cualquier idea me parece absurda y sin sentido. Ideas que no me llevarán a ninguna parte.
— Bien...—murmuró con voz tenue y tomar un profundo respiro una vez más—, pero por favor, no dudes en hablarnos cuando necesites charlar con alguien. Nosotros te vamos a extrañar mucho. No pienses en tus padres, tú familia está con nosotros.
Y en ese instante, Vicente me volvió a tomar fuertemente entre sus brazos. Esto que me hace sentir mi primo es lo mismo que llegaba a sentir cuando me encontraba a solas bajo lo que yo pensé que era la protección de Samuel y un momento cercano para ambos recibir cariño y un poco de calor humano, pero ahora que veo las cosas de una forma más diferente, no es comparable el sentimiento que brinda Vicente a lo que un día llegué a pensar lo que me brindaba Samuel.
Haber tomado esta decisión fue efectivamente para eso, para conseguir adaptarme primero a la realidad de haber vuelto y poder mentalizarme sin los distractores que me sacan a ver la ciudad y hacer cosas fuera de la rutina o me hacen pasar ratos agradables alejandome de la oportunidad de estar meditando las cosas y que de nuevo entraré en un sistema de defensa en el que no me siento comoda en ningun sitio en el que me halle y con nadie que quiera charlar.
No me gustan mucho las personas nueva como tampoco hacer nuevas relaciones.
Además, que llegar un poco antes a la universidad igual me ayuda como terapia para ver los corredores de mi nuevo edificio donde me trasladaron junto con Gabriela, que tiene mejores cualidades que otros edificios dentro de la residencia por lo que he llegado a escuchar y que pueda caminar con la calma de que no estarán ciertas personas que me hacen la existencia un mundo de cuadritos en el que me mantengo incomoda e intranquila.
No voy a mentir con que no me preocupa cómo será el comienzo de semestre ya esta semana que se aproxima, ni siquiera me he puesto a pensar en cómo serán las materias de este nuevo ciclo escolar o quienes serán los nuevos profesores, por andar pensando en lo que sucedió con mis padres en el club y el hecho que desde entonces no han buscado comunicarse conmigo aun cuando deben saber que estoy proxima a marcharme, y como cerezita de pastel, lo que creo que Samuel pasó una noche intensa con Gabriela, la chica que me aborrece y lo desmuestra todo el tiempo.
Le pido al cielo que me de fuerzas para sobrevivir un nuevo semestre, porque siento que no voy a llegar muy lejos con lo vulnerable que me siento.
Regresaré más derrotada a Fetcher de lo que me había marchado.
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CHRISTO. Vidas Destruidas
General FictionKalila Manzur es una chica que debe enfrentar sus peores penas como la ausencia de amor de sus padres y su constante supervivencia en un ambiente de acoso acádemico donde las envidias y las amenazas están constantemente presentes en el día. Y así co...