Kalila
No he podido descansar durante las siguientes noches después de la gala de mis padres. A pesar de que había dicho que deseaba retirarme para echarme a dormir, la realidad es que pasé el resto de la velada encerrada en la alcoba que hace algunos ayeres todavía le pertenecía a mi primo Fernando, del cual no he sabido mucho, pero porque no le he enviado mensaje desde el primer día que llegué a la casa de mis tíos y le dije que me apoderaría de su vieja alcoba. Él se rió y me hizo sentir bienvenida.
Es dificil conciliar el sueño cuando los pensamientos no dejan de dar vueltas dentro de mi cabeza de por qué me suceden estas cosas o qué clase de karma debo estar pagando para que en esta vida me hayan tocado unos padres tan egoistas como igual de crueles.
No he dejado de dar vueltas en la cama, mirando mi celular buscando la forma de distraerme con lo que veo en las redes o si puedo seguir disfrutando de mi serie que comencé a avanzar ya sin la compañía de mis primos, pero nada que vea en la pantalla me llega a satisfacer o hacerme olvidar de esto que tengo encima.
Como igualmente mis primos se encuentran de vacaciones de verano, suelen pasar tiempo en la casa, por lo que de vez en cuando durante el trayecto del día se echan una vuelta a la habitación y preguntan el cómo me encuentro.
Sin deseos de ser grosera o mala con ellos que solo se acercan porque les preocupo, intento decirles de la forma más suave que necesito estar sola y estar tranquila. Aurelio respeta mi espacio y me dice que está para cualquier cosa que lo necesite, mientras que Vicente suele ser más pesado e insistente con querer pasar el tiempo conmigo hasta que de favor le pido que se marche porque no siento que haya nada que vaya a mejorar mi humor de momento.El tiempo transcurre de una forma tan extraña que cuando menos lo imagino el sol que recién se había asomado entre las cortinas del ventanal en la alcoba, ya se había marchado para darle bienvenida una vez más a la noche.
Mi mente se ha mantenido tan dispersa que cuando me veo en el reflejo del espejo es como si viera a una persona que observa la desnudez de mi alma. Me siento tan destrozada con una sensación de soledad lugubre. A pesar de que mis primos y mis tios se quedan pendientes de cómo me encuentro, la realidad es que me siento totalmente sola, con el amargo sabor del abandono por culpa de las personas que se supone que me deben de amar incondicionalmente al traerme a este mundo.
¿Qué había hecho yo para ser merecedora de este desprecio? No recuerdo ninguna sola mala acción que hubiese sido tan grave como para que mis padres me transmitieran esta sensación de que yo les importaba en lo más minimo. ¿Realmente no deseaban tenerme? Porque de haber sido en ese caso hubiera preferido mil veces que me evitaran la pena de venir a este mundo para sufrir de tanto rechazo y poco aprecio.
Lidia ha pasado de vez en cuando a mi alcoba para dejarme una bandeja de comida sobre la cómoda a la entrada de la habitación. Deja una nueva para llevarse la otra. Ambas bandejas sin tocar. Entra y se marcha, sin decir ni una sola palabra. Entendería porque no debe saber qué decir o porque igualmente esto no es algo que tenga que ver con ella sí no conmigo y la familia, quienes son mejores testigos de lo que me está matando lentamente.
Me siento tan miserable. Sea a donde sea que vaya tengo que estar luchando con las terribles sensaciones que me causan terceros. ¿Por qué no puedo encontrar calma y manterme feliz?
¿Qué estoy haciendo mal que soy castigada con la limitación de ese derecho?
En un momento en el que no pude soportar estar más en la cama, sintiendo que existía un hueco dentro de mi pecho y mi mente totalmente en blanco, me levanté de entre las sabanas y arrastrando los pies, sintiendo mi cuerpo totalmente pesado y desequilibrando, llegué al baño dentro de la alcoba.
Sin estar segura de lo que pensaba hacer, dejé que mi cuerpo tomara sus propias decisiones. Mi mente no llegaba a razonar ya nada de lo que sucedia alrededor, no tenía corazón que pudiera terminar de ser destrozado porque no tenía una sola migaja más que lastimar.
Necesitaba sentir algo. Necesitaba algo que me recordara que estaba viva. Lo necesitaba.Tambaleante me tumbé frente a las gabetas bajo el lavabamanos del baño. Rebusqué entre mis cosas del aseo personal y tomé un estuche donde guardaba cada uno de los accesorios que usaba para depilarme. Moviendo entre las cosas, tomé uno de los rastrillos que tenía sin usar guardado en el pequeño bolso y me dispuse a desarmarlo. Tuve que romper el mango de plastico con el dispensador de jabón que estaba encima del lavabo, y pude sacar las tres cuchillas que tenía.
Solamente necesitaba una.
Me saqué el short para quedarme en ropa interior y me recargué contra la pared del baño. Me acaricié los muslos con las yemas de mis dedos pensando sí verdaderamente era lo que necesitaba para tranquilizar un poco mi pena, pero ganaban más mis ansias por una necesidad de querer desahogarme, desquitarme con alguien de lo que estaba sufriendo y callando porque no me sentía segura con absolutamente nadie para externar cada uno de mis problemas.
¿Por qué tenía que pasar por esto?
¿Por qué era tan inestable?
¿Por qué no puedo ser tan fuerte como mi tío para enfrentar todo esto?
Tomé la cuchilla entre mis dedos, mirando las tenues lineas que han cicatrizado de las últimas descargas de odio que tuve contra mí hace unos meses, y bajé sutilmente mi mano hasta la piel que guardaba entre los poros un pasado que seguía sufriendo en mi presente.
La cuchilla estaba en mi piel. Las primeras lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas.
Lentamente y con las manos temblorosas deslicé la cuchilla por sobre el muslo a una altura que pudiera ocultar aun cuando utilizara shorts cortos. Podía sentir ese dolor en mi cuerpo que aunque lo natural fuera que me detuviera al partir el tejido de mi piel, la realidad es que hallaba confort en lo que me estaba ocasionando.
Era como si el hacerme daño fuera mi castigo por sufrir tanto y ser una persona miserable.
Y tan pronto di el largo de la primera línea. Comencé con la segunda en mi otro muslo.
Las lágrimas comenzaron a salir como cascadas, deslizandose por mis mejillas, llorando en silencio y volviendo el sentir que me estaba carcomiedo por dentro, en uno que me hacía sentir más liberada, más en calma, más relajada.
No sé qué era lo que encontraba confort en hacerme esto, lo único que me importaba era lo catartico que era realizarlo.¿Cómo permitían que llegara a esto?
N/A: Este capitulo me ha llegado muchisimo, redactarlo mientras escuchaba esa banda sonora me llegó justo a mi pechito de pollo. Realmente que me ando entregando a esta novela y eso que apenas ha empezado jajaja
Espero que te esté gustando el rumbo tanto como a mí. Espero poder leerte muy pronto y que sigamos juntxs en esta travesía. ¡Te dejo porque tengo mucho papeleo aquí en la ofi que imprimir y ordenar. Un besaso, nos estamos leyendo! 😘🤍.
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CHRISTO. Vidas Destruidas
Aktuelle LiteraturKalila Manzur es una chica que debe enfrentar sus peores penas como la ausencia de amor de sus padres y su constante supervivencia en un ambiente de acoso acádemico donde las envidias y las amenazas están constantemente presentes en el día. Y así co...