༒︎
𝐄𝐋𝐈𝐀
El camino hacia la mesa está iluminado por velas que forman un sendero brillante y acogedor.
Esto es inesperado. A cada lado del camino, pétalos de rosas rojas están esparcidos, creando un contraste hermoso con la arena blanca. La mesa, elegantemente decorada, está cubierta con un mantel blanco y adornada con un centro de mesa de rosas frescas y velas encendidas que parpadean suavemente con el viento. En la mesa, hay platos exquisitos y una botella de vino esperando ser descorchada. La luz de las velas refleja los ojos llenos de amor y nerviosismo de Slavik.
—Está hermoso, gracias —beso sus labios cortos que descienden por su rostro y su cuello —Jamás esperé esto.
—No tienes que decirlo, mi amor —dice con cariño su voz ronca y acaricia mi mejilla—. Haría lo que fuera por verte feliz y que siempre sonrías, mi sol.
—Te quiero —susurró despacio y lo abrazó oliendo su perfume—. ¿Cómo se te ocurrió esto?
—Tengo mucha imaginación, cariño —me gira a la silla y me ayuda con el sentarme en ella—. Primero comamos, que después necesitarás energías para lo que viene.
—¿Para lo que viene? —sonrió—. ¿Qué sorpresas tienes?
—Dejan de ser sorpresas si te lo digo —sonríe mostrándome sus hoyuelos; a este punto no parece el mafioso de sangre fría, sino toda una masita dulce.
Sirve el vino en las copas. Se detiene de prisa, carraspea, dejando la botella a un lado, y lo miró sin entender.
— ¿Qué pasa?
— ¿Todavía no lo sabes?
—¿Saber qué? —inquiero con ganas de saber qué trama este hombre sexy. - ¿Hay algo que tengo que saber?
—No dímelo tú, ¿me tienes que decir algo?
— No.
—De acuerdo —dice mirándome de manera extraña.
Pasan unos minutos y terminamos de comer. Y decidimos caminar por la playa.
La luna llena ilumina la playa y nuestro camino y las estrellas brillan en el cielo, haciendo que la noche sea aún más especial. Caminamos descalzos por la arena, riendo y hablando sobre algunos momentos que compartimos, que fue muy poco.
Finalmente, nos detenemos a mirar el mar, disfrutando de la tranquilidad y la belleza del momento. Me abraza y me besa, consumiendo mi boca.
—Acompáñame —me guía a no sé dónde, pero a lo lejos veo una luz que alumbra fuerte.
Noto que es una cama en medio de la playa, con luces de colores alrededor de ella. Sonrió con mis emociones a flor de piel. Me siento feliz, me siento amada y siento miedo de que esto algún día acabe. Suelto aire de mis pulmones, nerviosa y dejando salir el miedo que jamás dejaré que me invada de nuevo.
—¿No me digas que dormiremos aquí? —dije sin poder creerlo, la playa está desierta, no hay presencia de ninguna persona.
—No dormiremos esta noche preciosa —me arrastra contra su pecho musculoso cubierto por su traje elegante azul oscuro. Sin esperar más, consume mi boca el desespero y el deseo. Pierdo el control de mi cuerpo traicionero al sentir sus labios sobre los míos, besándome de una manera increíble. Volviendome más adicta a él.
Me levanta, enredando mis piernas alrededor de su cintura. Siguiendo el eufórico beso, que no me deja replicar. Tampoco quiero hacerlo.
—Quiero recorrer cada parte de tu cuerpo —me tumba a la cama sin aplastarme, empieza a besar mi cuello con sus manos, se encarga de desenredar las tiras de mi vestido, su voz ronca eriza mi piel. —Que grites mi nombre con cada aliento— De un tirón se deshace de mis bragas, dejándome expuesta a él. Sus manos recorren entre mis muslos sin pudor alguno, hasta llegar a mi intimidad —escucharte gemir mi nombre mientras como lo que me pertenece de por vida.
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𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐭𝐚 𝐁𝐞𝐧𝐝𝐢𝐭𝐚 © ✔︎ [en CORRECCIONES]
Romance✞︎ 𝐄𝐥𝐥𝐚, 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐀́𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐬 𝐚𝐫𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐈𝐧𝐟𝐢𝐞𝐫𝐧𝐨 ✞︎ ✞︎ 𝐄𝐥, 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐨 𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐦𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐬𝐨𝐥 ✞︎ Eʟɪᴀ Dʟᴀᴄʀᴏɪx 𖤍 Una mujer se...