😗 Capitulo 7💥

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El sol se había puesto en el horizonte, dejando tras de si una franja anaranjada que se iba desvaneciendo lentamente, la noche había llegado y con ella la brisa fresca del mar.

Mientras caminábamos hacia la fiesta en la playa, donde ya se podían observar las luces y la musica, invitándonos a sumergirnos en la euforia que ya se notaba a kilómetros.

Sigma caminaba a mi lado, su habitual calma intacta pero había algo en su mirada que delataba cierta preocupación, que no entendía.

Vi que me miraba con una mezcla de curiosidad y cautela, sentía que quería preguntar o decir algo así que le sonreí para que se sintiera más tranquilo.

-Oye Nik...¿Estás bien?.- pregunto finalmente, su tono suave

Me detuve un momento sorprendido por la pregunta, no era usual que Sigma se mostrará tan directo en asuntos emocionales, lo que me hizo preguntar si algo le había carcomido por dentro últimamente

Le sonreí ampliamente volviendo a esa expresión despreocupada que tan bien sabía hacer

-¿Habría algún motivo porque no lo estuviera?, Sig sig, vamos a la playa, A PASARLO AL MÁXIMO.- grité eso último feliz mientras lo atraía hacia mi agarrándolo del hombro, el resto se giro y asintió de acuerdo a mi.

Sigma mantuvo su mirada en mi por un instante, como si intentara descifrar si de verdad estaba bien o fingiendo, pero como siempre, desistió y soltó una carcajada alegre

No había forma de que le confesará lo que ocurría dentro de mi, la confusión, el peso de lo ocurrido con Fyodor, los sentimientos que no entendía por el azabache, ni quería

Una guerra constante entre lo que sentía y lo que debería sentir, así que preferí sumergirme en la fachada de la alegría, en el papel de Nikolai, el despreocupado, el que siempre se ríe y folla con todos.

La fiesta estaba en pleno apogeo cuando llegamos, las luces de colores parpadeaban a lo largo de la playa, reflejándose en las olas que rompían en la orilla suavemente.

La música resonaba en el aire, si mi oído no fallaba era ''Dont stop the music'' tenia un buen ritmo que hacia vibrar la arena bajo mis pies haciendo a la gente bailar y sus rostros iluminados por la alegría de la noche

No paso mucho tiempo antes de encontrarme con Martín, estaba rodeado de un grupo de amigos, su energía vibrante destacando entre la multitud, su sonrisa contagiosa.

Y la manera en que me miró me hizo pensar que tal vez, está noche podría ser un escape real, y de paso me tiro alguien que está bueno.

Me acerqué a él, dejando que la música y el ambiente empezaran a envolverme

-¡Martín!.- exclamé levantando una copa que había conseguido en algún momento, no recordaba cuando pero el alcohol apenas me hizo efecto, me sentía dispuesto a llevar.

Martín me devolvió la sonrisa, agarrándome de la cintura y su mirada centelleando con diversión

-¡Nikolai!, ¿Listo para disfrutar de la noche?

-La duda ofende.- respondí sintiendo la euforia elevarse en mi interior.

Me sumergí en el ritmo de la música, moviéndome con una libertad que solo el alcohol y la necesidad de escapar desesperadamente me podía proporcionar.

Bailamos, nos reímos y pronto el calor de la noche, junto con el alcohol empezó a nublar mis sentidos, cada trago parecía diluir un poco más en las sombras de mis pensamientos, llevándome a un estado donde importaba el aquí y ahora.

La música, la gente, la sensación de estar perdido en una multitud, todo contribuye a crear una ilusión de felicidad y de que todo estaba bien, que todo seguía bien y como debía.

Strings That BlindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora