😮‍💨 Capitulo 3😗

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El despertar fue brusco, como si me hubieran arrancado de un sueño profundo y oscuro, el primer golpe fue el dolor de cabeza, un latido sordo y constante que pulsaba en mis sienes como si mi cráneo estuviera a punto de estallar.

Intenté moverme, pero mi cuerpo se sentía pesado, aturdido, como si hubiera pasado la noche siendo apaleado por un ejército invisible.

Las primeras cosas que captaron mis ojos fueron las vigas del techo, inclinadas y viejas, con años de polvo acumulados, se nota que ni Dazai ni su padre usan este ático.

Me tomé un momento para asimilar esa información, dejando que el resto de mis sentidos volvieran lentamente a la vida, note una manta suave envuelta alrededor de mi cuerpo y debajo, mi ropa arrugada y desordenada.

Mis zapatos estaban perfectamente colocados a los pies del sofá.

Algo no cuadraba, parpadee, tratando de despejar la niebla de mi mente, anoche....recuerdos borrosos comenzaron a filtrarse, fragmentos de una fiesta descontrolada, como todas las fiestas de Dazai.

Pero había algo más, algo que ahora se materializaba lentamente en mi mente, como un enigma que empezaba a tomar forma, o más bien alguien.

Fyodor.

De repente, todo volvió a mi con la claridad de un puñetazo en el estómago, la música, las risas, el caos...y luego Fyodor, en este mismo ático, con ese libro en sus manos y esa mirada penetrante que me dirigió.

Lo recordé todo: como había vagado borracho por la casa, buscando una cama donde desplomarme, solo para encontrarlo en este lugar, solo, leyendo como si abajo no estuviera habiendo un desmadre.

Y la conversación...no me acuerdo que habíamos, se que lo hicimos pero tampoco fue tanta...había estado tan borracho y cansado que dejé luchar contra el sueño y mis ojos se cerraban mientras veía a Fyodor de pie, impasible.

Me había quedado dormido mirandole, en ese extraño y cómodo silencio que compartimos

Me removí bajo la manta, incómodo ante la memoria de no saber que había hablado con el azabache, Fyodor siempre era tan misterioso, tan imposible de leer, que no recordar sus palabras me frustraba.

Con un esfuerzo monumental me senté en el borde del sofá apoyando la cabeza en mis manos mientras los recuerdos seguían girando en mi mente.

Había algo en el, que siempre me atrajo y repelía al mismo tiempo, sabía que Fyodor era peligroso, lo sabía, no del tipo de peligro físico, sino algo más profundo, como si con solo mirarme pudiera desnudar mi alma y ver cosas que intentaba ocultar.

El sonido de voces llegó desde abajo trayéndome de vuelta al presente, olía a café y algo dulce, mi estómago protesto con un gruñido bajo, tenía que bajar y enfrentarme la mundo real por más que mi cabeza estuviera repleta de niebla y confusión.

Quizá un café me ayudaría a aclarar las cosas, o al menos a hacer que el dolor de cabeza fuera más soportable

Me levanté tambaleante, dejando que la manta cayera al suelo, con pasos lentos y pesados, coml si cada uno me costará más de lo que debería, bajé las escaleras del ático para después las otras que daban a la planta baja de la casa.

La casa de Dazai estaba mucho más tranquila de lo que esperaba, lo cual era un alivio considerando como había terminado la noche.

Cuando llegue al primer piso me encontré con la escena habitual de la resaca post-fiesta: cuerpos esparcidos, algunos más vivos que otros y el sonido de la cafetera burbujeando en la cocina.

La mesa del comedor estaba rodeada de caras familiares, Chuuya y Dazai como siempre estaban enfrascados en lo que parecía una discusión, joder, ayer estaban muy contentos juntos

Strings That BlindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora