❤️‍🩹 Capitulo 22🤍

8 3 2
                                    

Desde la conversación que tuvimos sobre nuestros padres el día de año nuevo he intentado sacarme de la cabeza la sensación de que algo malo está por venir.

Todo parecía estar en su lugar, Fyodor y yo habíamos vuelto a nuestra rutina normal, noches tranquilas, conversaciones normales, pero de algún modo no podía quitarme la sensación de que algo oscuro crecía más, amenazando con destrozar todo a su paso.

Los sueños habían vuelto, no esos alegres o aleatorios que olvidas al despertar, sino los que te dejan despierto en medio de la noche con el corazón latiendo a mil por hora y el sudor frío recorriendo tu piel.

Al principio solo eran imágenes borrosas, sombras indistintas del pasado pero cada noche que pasa se hacen más claras, y más reales.

El rostro de mi padre aparece con más nitidez y su voz grave y dominante resonando en mi mente como si estuviera en la misma habitación que yo

Matalas, eres igual a mí

Esas palabras eran su maldito mantra, me enseñó todo lo que se y no quiero ser, pero algo dentro de mi se quiebra cada vez más, por cada noche y recuerdos más, se que dentro de mi queda algo de él.

Me despierto en medio de una noche, jadeando, mirando al techo sin poder volver a dormir, a mi lado Fyodor duerme profundamente, su respiración tranquila y su semblante sereno.

Lo observo por unos segundos tratando de calmarme al verlo tan en paz, pero a veces, la mera tranquilidad que el proyecta me hace sentir más inquieto, ¿Como puedo compartir cama con la persona que más amo en el mundo y sentir que estoy atrapado en una prisión construida por mis demonios y locura?

Sabía que estos sueños no eran simplemente eso, no eran pesadillas sino recuerdos, fragmentos de mi pasado que había enterrado lo más profundo posible esperando que nunca surgieran

Pero ahí estaban y la creciente certeza de que mi padre había vuelto a encontrarme después de más de  cuatro años siendo libre, pero de alguna manera me encontró y ahora temo lo que significa no sólo para mi sino para Fyodor.

Fyodor por supuesto empezó a notar que algo no estaba bien, era demasiado astuto y observador como para no darse cuenta de los cambios que había en mi

Al principio fue sutil, con pequeños comentarios como "Kolya pareces distraído hoy" o "¿Estas seguro que todo está bien?"

Yo como siempre respondía con una sonrisa y alguna broma corta como que necesitaba un buen vodka quitándole importancia al asunto, pero con el tiempo su preocupación fue creciendo.

Una noche después de que me encontrará despierto a las tres de la madrugada, mirando al techo sin moverme decidió confrontarme directamente

-Kolya, algo te pasa.- dijo con esa calma peligro que siempre usa cuando va en serio, estaba sentado en la cama mirándome mientras fingía estar bien.- No soy tonto, se que me estás escondiendo algo

Sentí un nudo en la garganta, sabía que no podría seguir evadiendo la situación mucho más tiempo pero aún así intenté hacerlo.

Lo miré de reojo, sonriendo con esa expresión perezosa que siempre le muestro de qué no tiene que preocuparse, que todo está bajo control.

-Nada Feyda, solo ha sido una mala semana, te prometo que estaré mejor.- mentí, aunque cada palabra pesaba en mi lengua.

Pero el no dejó pasarlo esta vez, en lugar de aceptar mi respuesta se quedó en silencio observándome,  sabía que estaba esperando más que no se conformaría con una excusa.

No podía cargar a Fyodor con ese peso, no quería arrástralo a mi infierno y locura personal, el no se merecía eso.

Sentí su mirada clavada en mi y por un segundo quise contarle todo, contarle sobre los sueños, de lo mucho que me afecta Isai, sobre el miedo que tenía que le pasará algo

Strings That BlindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora