🫀 Capítulo 9🫠

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Mire a Fyodor a los ojos viendo cómo sacaba lentamente sus dedos de mi boca, y volvió a preguntar con voz demandante

-¿Y bien?, ¿A quien le perteneces?

Tenía la respiración agitada, el corazón me iba a mil por hora, no podía apenas moverme después de todas las mordidas, chupones que había dejado por todo mi cuerpo.

Fyodor gruñó con enojo y me agarró firmemente del pelo haciendo que le mirara a los ojos y me besara con posesión, con control, nuestras lenguas chocando pero simple la suya dominando por encima de la mia, al separarse solte un jadeo de placer.

-¿De quien eres, Kolya? Habla. Ahora.

Me estaba costando mil demonios mantener la concentración en su voz, mi cuerpo temblaba mientras un rastro de saliva caía por mi barballa y solo podía mirar esos ojos violetas fríos, demandantes, que prometían cosas oscuras.

-Tuy..tuyo...feyda...- conteste jadeante, necesitaba más de él.

Desperte de golpe, jadeando con la respiración entrecortada y el corazón martilleando en mi pecho a mil por hora.

La habitación estaba en completa oscuridad, apenas interrumpida por la débil luz de la luna que se colaba entre las cortinas.

Sentía el cuerpo caliente, la piel húmeda y pegajosa del sudor, y una maldita incomodidad en mi entrepierna, joder, otro maldito sueño con el maldito azabache.

Pase una mano por mi rostro, intentando disipar las imágenes que aún flotaba en mi mente pero era inútil. La mirada penetrante de Fyodor y su toque que siempre lograba hacerme perder el control seguía en mi cabeza, y eso no había pasado en la vida real.

No era la primera, ni la segunda que me pasaba algo así, desde que volvimos el domingo hasta hoy he tenido casa puto día sueños eróticos con el y era un ciclo que me estaba matando porque después no podía dormir más.

Me revolvi en la cama, tratando de encontrar una posición cómoda pero el malestar de mi entrepierna seguía allí, persistente, el calor en mi cuerpo no disminuía

Era como si una parte de mi quisiera aferrarse a esos sueños mientras que la otra buscas desesperadamente alejarse de ellos pero como siempre no podía evitarlo, Fyodor tenía un control sobre mi que no comprendía y me asustaba.

Sabía que intentar volver a dormir sería inutil así que me levanté de la cama y me dirigí al baño, el espejo me devolvió una imagen que apenas reconocí de las noches acumuladas sin apenas dormir.

Ojos enrojecidos, cabello desordenado y ojeras que parecían más grandes conforme las noches pasaban, abrí el grifo y dejé correr el agua fría sobre mis manos antes de salpicar mi rostro, esperando sentir algo de alivio

Pero el alivio fue efímero, el cansancio seguía presente y el peso de esos sueños se mantenía como una sombra, invitándome a aliviar el dolor que sentía entre las piernas.

Pero no iba a caer tan bajo, así que pasaron horas antes de que el amanecer comenzará a asomar en el horizonte y yo seguía despierto en la cama mirando en techo en plena oscuridad

Cuando finalmente sonó la alarma indicando que era hora de comenzar el día, me sentí un cadáver ambulante, apenas había logrado dormir unos minutos y eso añadió peso a mis hombros cansados.

Me arrastre hasta la cacería donde había quedado en encontrarme con el resto, las luces brillantes del campus me hacía entrecerrar los ojos y el murmullo de gente a mi alrededor se sentía un martilleo constante.

Al llegar a la mesa donde todos estaban sentados intenté esbozar una sonrisa pero sabía que no era convincente.

-Vaya, ¿Has pasado la noche con algún tío o que?.- bromeó Dazai en cuanto me vio pero con esa chispa que sabía que me pasaba algo más allá

Strings That BlindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora