La peliroja de enfrente. || Railo 18+ ||

2"Mañana molesta"

No olvides un comentario y la estrellita 🌟

(Corto)

 En cuanto una sonrisa se dibujó en mi rostro inmediatamente mi cabeza calló en cuenta de lo que hacía, miraba a alguien como un acosador, quería moverme pero mi cuerpo parecía no reaccionar ante mi petición. Después de que la rubia se levantará de aquella silla y se fuera nuevamente a su casa, mi mirada fija en ella se perdió en cuanto se desapareció por la puerta. Después de ello, los días siguieron pasando y tenía tiempo sin ver a la rubia otra vez.

Hasta que una mañana, se levantó por el sonido molesto de el despertador. 5:30 A.m, llevo su mano a aquel reloj y lo apago un una cara de disgusto, pensado seriamente en que debería volver a dormirse. Pero un ruido repentino de golpe llenaron sus oídos. La peli roja lo dejo pasar por alto y se durmió nuevamente, pero al día siguiente sucedió lo mismo. 

Me desperté a la misma hora que ayer, 5:30, apague la alarma y espere dormir y tener un sueño profundo, pero no, no fue así, nuevamente ese sonido de golpe sonó en casi toda la habitación de la adolcente, haciendo que está tire sus sábanas de lado y se asomé por la ventana con furia. Quería abrir la ventana y decirle toda las barbaridades posibles a la persona indecente que interrumpía sus sueños día tras dia, pero al mirar por la ventana se encontró con la sorpresa de la rubia la vez, aunque intentó limitarse a mirarla no pudo resistir a ello.

Tuvo que intentarlo, no quería parecer una perversa vecina espía.

Acho, está cabron esto.

Aún estaba en la ventana mirando a la rubia cerrar el garaje que era el que emitía ese molesto sonido. Llevaba unos pantalones por arriba de sus rodillas de Jean, un camisón negro y una binnie a color negro también. El sol aún no salía del todo, así que está chica realmente debería tener consideración por lo molesto que es el maldito sonido de su garaje viejo.

Rai trago saliva arrepentida de seguir en aquella ventana, pues la rubia parecía mirar el vecindario mientras en la mente de la peli roja se repetía; "no mires aquí, por favor." Simplemente se había salvado por suerte. 

Oh Dios, gracias.

La rubia arrancó a caminar por la larga y amplia calle mientras parecía reproducir alguna música en su iPhone. Suspire cuando aquella mujer desapareció. Me aleje de la ventana y me derrumbe en la cama desordenada aún, clavando mi rostro en las sábanas.

—Al fin.