⚜️ Saga Orquídeas.
Libro uno: Eclipse de Orquídeas.
Iniciado: 26/07/2024
Terminado: 05/09/2024
En el oscuro mundo de la magia, ¿hasta dónde puede llegar el amor de alguien? Una joven bruja, desgarrada por la pérdida de su hermano gemelo a manos de s...
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Elio repetía una y otra vez, casi como un mantra, mientras caminaba por los pasillos del castillo:
—No, no, y no. No pienso hablar más de esto, Draco.
Pero Draco Malfoy no parecía dispuesto a ceder tan fácilmente. Lo seguía con paso rápido, su rostro mostrando su de frustración y obstinación.
—Pero ¿por qué le pediste ayuda a Granger en vez de a mí? —insistió, con el ceño fruncido y una pizca de enojo en su voz.
Elio se detuvo de golpe, girando sobre sus talones para encararlo. Sus ojos verdes se clavaron en los de Draco, llenos de seriedad.
—¿En serio me lo preguntas? —dijo, su tono firme—. ¿Quieres que te recuerde lo que dijiste? Que solo puedo hacer buenas pociones porque las leo, no porque sea capaz de crearlas por mí mismo.
Draco abrió la boca, claramente preparado para replicar algo ingenioso, pero las palabras se le atascaron en la garganta. Los ojos de Elio no parpadeaban, y había un destello de herida en ellos que hizo que Draco se sintiera ligeramente culpable. Finalmente, asintió, bajando un poco la mirada.
—Tenía razón —murmuró, casi inaudible.
Elio suspiró, claramente ofendido, y se dio la vuelta para seguir caminando. Draco, aún detrás de él, intentó de nuevo.
—Si me permites ayudarte, cambiaré de opinión —ofreció, tratando de sonar conciliador—. Es un buen trato, ¿no?
Elio se detuvo frente a un aula vacía, la mano en la puerta. Miró a Draco por encima del hombro, pensativo. Había un brillo en sus ojos, uno que Draco no supo cómo interpretar.
—Lo pensaré —respondió finalmente, con un tono que no dejaba claro si hablaba en serio o si estaba bromeando.
Justo antes de entrar, Elio se detuvo de nuevo y, tras un momento de duda, giró la cabeza con una sonrisa maliciosa.
—Aunque... ahora que lo pienso, hay algo en lo que podrías ayudarme.
Draco arqueó una ceja, intrigado, pero también algo desconfiado.
—¿Ah, sí? —preguntó lentamente.
Una hora más tarde, Draco estaba de pie frente a un caldero burbujeante, mirando el contenido con evidente desconfianza. Su nariz arrugada reflejaba su incomodidad.
—¿Estás seguro de que esto es seguro? —preguntó, mirando a Elio con recelo.
Elio se encogió de hombros con una sonrisa despreocupada.
